Enric Vivanco Fontquerni

Leyes

La complejidad política oculta las trampas y los fraudes para poderse acoger por medio de una red de leyes, puntos, y reglamentos, que ni los mismos diputados conocen, ni los propios letrados del parlamento se ponen de acuerdo. La pregunta es: ¿por qué existe esta reglamentación? La respuesta en absoluto es compleja, es tan luminosa como la radiación del sol, antes de la revolución industrial. Para impedir que nada cambie y tenerlo siempre, por los siglos de los siglos todo controlado. El debate en el Parlament que su misión es promulgar leyes, es del todo aconsejable visionar unos minutos para poder comprobar como una oposición minoritaria, se columpiaba utilizando leyes, puntos, y comas, para impedir que una mayoría de parlamentarios pusiese a disposición de la ciudadanía la posibilidad de ejercer sus derechos sin intermediarios. La sobre representación y el victimismo de la minoría que clamaba que se les robaba sus derechos, y que en cambio tienen la desfachatez de asegurar que durante la Transición si hubo voluntad política, se olvidan que lo único que sucedió fue la renuncia. ¿Cómo se validó la monarquía? Por medio de la voluntad del militar golpista, que ni tan siquiera se respetó el funcionamiento interno de la propia monarquía, ya que debía de ser el padre Juan de Borbón el elegido. El hijo se apoyó en una mesa con la pistola encima de la misma. Por mucho que se quiera ocultar este es el sistema político fraudulento actual que está agonizando. Los diputados de la izquierda consumista, como los socialistas a punto de desaparecer en toda Europa, y los discípulos de los anteriores, capitaneados por antiguo sindicalista que fue asesor de la compañía Endesa, y entusiasta de la jubilaciones privadas, impidiendo la voz disidente dentro de su propio grupo, que lo único que proclaman es que lo pertinente es votar no, para consolidar una monarquía por parte de los que dicen que son republicanos. En cambio los malvados burgueses dieron la ocasión para que su única voz disidente tuviese su oportunidad de ser escuchada. El adjetivo bochornoso y espectáculo que con tanta insistencia proclamaron por parte de la minoría del Parlament, supongo a que se referían a que cuando ellos mismos se bamboleaban por medio de unas leyes de un régimen político en que los ciudadanos están en la espera de poder elegir lo que consideren oportuno.

Atentamente,

Enric Vivanco Fontquerni





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