José Luis Úriz Iglesias

¿Por qué apoyo la manifestación de Bilbao?

En la tarde de mañana sábado se celebra en Bilbao una manifestación a favor de que el PP termine con su posición inmovilista sobre la situación de los presos y presas de ETA, acercándoles a sus lugares de origen.

Que tengan los mismos derechos en esta materia que el resto de la población penitenciaria de este país. No se pedirá la amnistía, ni por supuesto la independencia de Euskadi, sólo que se cumplan unos derechos básicos.

Colaboro con SARE y con el Foro Social Permanente como afiliado socialista y demócrata en esa dirección.

Siempre me he manifestado en contra de la dispersión, incluso expresarlo públicamente me ha supuesto problemas en mi partido, el PSOE, al menos mientras milité en el PSN. Eso fue en momentos complejos, con mucha más razón ahora que han cambiado sustancialmente y que especialmente la Izquierda Abertzale e incluso ETA han movido sus posiciones hasta lugares que les exigíamos, y que hasta hace muy poco resultaban impensables.

Durante muchos años me enfrenté con dureza a su mundo, a lo que se denominaba «entorno de ETA”. A veces con extremada dureza a pesar de que siempre intenté no cerrar la puerta a la comunicación y el diálogo, a intentar entender las razones del «otro”  y esa bipolaridad que intentaba fuera objetiva me ganó la antipatía de una parte y la contraria, incluso de los míos, míos.

Viví con vergüenza a veces, con indignación también que mi propio partido, el PSOE, utilizara métodos inmorales en su lucha contra ETA. El GAL, los sucedáneos, las torturas, los métodos viles impropios de la ética de la izquierda me hicieron sentir alejado, profundamente alejado incluso alcé mi voz para criticarlo duramente. Lo hice porque consideraba honesto denunciar también lo que los tuyos puedan hacer mal.

Desde hace algo más de cinco años, desde que ETA anunció el final definitivo de la violencia, de todo tipo de violencia, derrotada por la presión policial, judicial, de colaboración internacional, pero especialmente por el rechazo cada vez mayor que sus acciones tenían en la ciudadanía española, vasca, incluso entre su propia base.

Han cumplido paso a paso todas las condiciones que les habíamos puesto y a pesar de todo el Estado, los partidos mayoritarios PP y PSOE no han movido ni un ápice su posición intransigente, inmóvil. Ahora la práctica desaparición de ETA sitúa la pelota en el tejado del Estado que debe cambiar de inmediato su rígida e injusta, en las circunstancias actuales, política penitenciaria. Se debe aplicar con la misma inmediatez el acercamiento de presos a sus lugares de origen y destensar la presión judicial y policial sobre la IA.

Resulta absolutamente intolerable que el deseo de ETA de desarmarse no sea correspondido por el Gobierno del PP favoreciendo que lo haga.

Soy consciente de que todavía una parte de la sociedad está anclara en el odio y la confrontación, incapaz de entender los nuevos tiempos, que todavía el conflicto está abierto y que lo más difícil una vez alcanzada la paz definitiva va a ser la reconciliación. Porque se va a necesitar de una gran dosis de generosidad, audacia e imaginación. También de pedagogía en el resto del Estado para que al menos las gentes más concienciadas entiendan lo que está ocurriendo y acaben apoyando también.

Me he pasado la vida construyendo puentes por los que comunicarnos con la otra orilla de aquel río de aguas turbulentas, muchas veces destruidos por el estruendo de las bombas o los tiros en la nuca, siempre intentado reconstruirlos de nuevo, encontrando por el camino gentes que hacían lo mismo desde el otro lado con quienes he ido forjando amistades profundas, desde la discrepancia. Patxi Zabaleta, Pernando Barrena, o Paul Ríos, codo con codo hemos ido recorriendo el camino, incluido el de esa manifestación, hacia la ahora ya próxima PAZ.

No debemos consentir que el odio, la sinrazón, el inmovilismo o la incomunicación nos hagan retroceder ni un solo paso, por eso la paz, la PAZ con mayúscula va a llegar, sí o sí.

Por eso apoyo esa manifestación de SARE con la que colaboro asistiendo a numerosos encuentros, porque apoyo el respeto a los derechos humanos, el acuerdo y la paz. Lo hago acompañado de compañeras y compañeros socialistas, que somos una gota más en ese océano que exige justicia.

Pido a mi partido, el PSOE (esta reflexión la hago como militante socialista del PSC, de la izquierda española y de la lucha antifranquista para que no haya equívoco alguno) que colabore en esta campaña, que reacciones de su pasividad actual y trabaje de nuevo para conseguir que el proceso de paz llegue a buen puerto.

En eso hemos estado, en eso estamos y en eso estaremos, porque solo gana quien resiste.

Buscar