Juanma Hernández Agudo I Ekologistak martxan

Respeto al río

Pasadas dos semanas desde las últimas inundaciones los efectos de éstas siguen presentes en las orillas de nuestros ríos. Es momento de calcular las pérdidas pero también de limpiar la basura arrastrada por la riada. Escombros y plásticos colgados de los árboles son testigos mudos de la falta de respeto con la que a menudo tratamos nuestros ríos.

Una vez que las aguas vuelven poco a poco a su cauce es el momento de establecer un debate sereno sobre la gestión de nuestros ríos y qué es lo que podemos hacer para minimizar los efectos perjudiciales de las inundaciones. Algo a lo que poco o nada contribuye la UAGN, sindicato empeñado en otorgarse la gestión de los ríos, quien tras cada inundación reclama a la Administración la construcción de más diques, escolleras y pantanos. Dragar el río y de paso eliminar la vegetación de ribera son también algunas de sus recetas para convertir el rÍo en un canal por el que el agua discurra rápida cerca de mi pueblo y de mis campos sin importar lo que suceda aguas abajo donde el poder erosivo y la capacidad de destrucción es mayor. Parecido concepto de solidaridad encontramos en el binomio Itoiz-Canal de Navarra, proyecto impulsado entre otros por este sindicato para crear regadíos en el Zona Media-Ribera de Navarra a costa de destruir pueblos enteros de la Montaña.

En algunos casos se pueden construir escolleras y motas para proteger zonas habitadas o realizar dragados en zonas muy concretas del río como puentes pero extender estas actuaciones al conjunto del río es sencillamente un disparate. Se ha demostrado que estas obras son tan costosas como ineficientes y que tan sólo benefician a las empresas que cobran por realizarlas.

El hombre desde su origen se ha empeñado en domesticar el río, pero su naturaleza es tozuda y el río siempre se sale con la suya. Nos iría mucho mejor si intentásemos comprender su comportamiento. En definitiva respetemos el río para que él nos respete.

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