Marta Abiega | Activista de la Plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak

Uno de los nuestros

Es uno de nosotras y no solo porque lleve nuestra camiseta que nos orgullece enormemente. Es uno de nosotras porque antepone su conciencia y lo que ésta le dice a su bienestar económico y la seguridad que este le proporciona. Es uno de los nuestros porque es ejemplo de coherencia en el día a día, implicándose desde su cotidianidad en la resolución de conflictos lejanos, como el de Yemen, que hace cercanos.

Las personas más agoreras, esas que siguen la doctrina secular del asquismo que soporta el sistema –esto no se puede cambiar, no hay nada que hacer, somos marionetas movidas por hilos que no controlamos– dirán que esta acción no tiene ninguna repercusión pero, nosotros decimos que sí la tiene.

Al margen de las 150.000 firmas que se han recogido en pocos días en una plataforma que promueve la militancia de sofá, incluso dañina si no sale de lo virtual, este tipo de acciones generan estándares beneficiosos a los que las demás personas nos queremos acercar. Somos conscientes de que nuestra cobardía cotidiana nos lo impide, por ese apego a la seguridad o ese miedo a la inseguridad, que el sistema nos inocula a través del individualismo que nos aísla del tejido protector. Aun así, siembra en nosotras la duda, nos apela, nos refuerza en el camino correcto y puede que algún día, no muy lejano, nosotras también antepongamos nuestras conciencias a nuestro beneficio económico que, erróneamente, vinculamos con nuestro bienestar. Y así diremos que con nuestro dinero no queremos financiar empresas de armamento, ni vía bancos, ni via I+D. Que con nuestro consumo tampoco queremos financiar empresas transnacionales que utilizan la violencia sobre poblaciones nativas para ilegítimamente despojarlas de sus tierras. Que deseamos, por encima de todo, poner a las personas y sus cuidados en el centro de todos los procesos económicos porque todas ellas somos el sentido de esta vida.

Es nuestra hora. Ya, ni la repetición eterna de sus mentiras logrará convertirlas en verdades porque, nos hemos unido y les estamos perdiendo el miedo. Estamos aprendiendo a colaborar en lugar de a competir y eso nos da fuerza. Nuestros enemigos no están ni estarán en las listas de la RGI sino en la lista Forbes y así como comprendemos a las personas que forman parte de la primera, no entendemos qué mueve a las de la segunda salvo una codicia exacerbada, inhumana y criminal.

Gracias por tu ejemplo, de ahora en adelante formarás parte de nuestras conciencias colectivas. Cuenta con nuestro incondicional apoyo.

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