Austria: nueva victoria de la derecha extrema

El derechista Partido Popular de Austria (ÖVP) ganó ayer las elecciones generales y aupó a su joven líder de 31 años y hasta hace poco ministro de Exteriores, Sebastian Kurz, a la Cancillería. Prácticamente empatados, le siguieron el partido socialdemócrata (SPÖ) del actual canciller, Christian Kern, y el ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ), encabezado por Heinz-Christian Strache. Tras la ruptura de la gran coalición entre conservadores y socialdemócratas, que prácticamente ha gobernado Austria durante todo el periodo de la posguerra, y un año después de que el candidato de los Verdes, Alexander Van der Bellen, ganara unas agónicas presidenciales frente al candidato del FPÖ, tras obligar el Constitucional a repetirlas, estas legislativas dejan, además de la anunciada victoria de Kurz, dos consecuencias: una real, el giro a la derecha desde posiciones más ultras; y otra previsible, la coalición de Gobierno entre el ÖVP y el FPÖ, que hará que la ultraderecha que fundara un exoficial de las SS y popularizara Jörg Haider llegue al poder.

Frente a una socialdemocracia austriaca ahogada en sus dilemas programáticos, incapaz de articular un discurso que muestre solidaridad con los marginados, los inmigrantes y la clase obrera pauperizada, paralizada entre los que defienden una agenda antirracista y aquellos que, en nombre de la secularización, pretenden situarla en posiciones antirreligión, la derecha crece desde el extremismo. Austria enseña que hacer políticas agresivas contra las minorías da réditos electorales y hace ganar elecciones.

Sebastian Kurz ha ganado al proyectarse como el único capaz de implementar las posiciones originarias de la extrema derecha del FPÖ para convertirlas en ley. Mostrándose como campeón de la ley y el orden frente a la inmigración, prometiendo el cierre a cal y canto de las rutas mediterránea y de los Balcanes, concentrándose en el imaginario del «enemigo musulmán». Y todo ello, derribando el tabú, es decir, apostando por la derecha extrema, haciendo respetable gobernar con la ultraderecha.  

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