La Ley Osasuna, ¿un rescate para UPN?

La dimensión del caso de Osasuna, agigantada día a día, va dejando un reguero de sensaciones. Entre la población general, a la sorpresa del primer momento le suceden un auténtico estupor y un enorme malestar. Entre su afición, la tristeza e inquietud iniciales dan paso a una visible rabia y un profundo pesar. Pero mientras todo el mundo se indigna, los actuales rectores rojillos denuncian y se personan, la Liga de Fútbol Profesional se querella, el Juzgado de Iruñea entra en acción decididamente y la Polícia detiene a las cúpulas de las últimas direcciones osasunistas, hay un agente principal en esta historia cuyo silencio resulta insoportable e impresentable.

Se trata del Gobierno de UPN. En su versión actual y anterior, porque la participación de Miguel Sanz y Yolanda Barcina en este tema va pareja, incluso cronológicamente, a la de los ahora detenidos expresidentes Patxi Izco y Miguel Ángel Archanco. El Ejecutivo navarro fue el colaborador necesario, el único, de las directivas de Osasuna para crear una gigantesca deuda con la Hacienda Foral (más de 50 millones.) Y es, por otro, quien más datos debe tener para aclarar cuándo y por qué motivo lo que se decía en las asambleas anuales no coincidía con la realidad contable.

El Gobierno navarro no puede callar un minuto más, ni en los juzgados ni ante la opinión pública. Un análisis lógico de los hechos lleva a plantear la hipótesis de si los directivos de Osasuna no terminaron comprando partidos precisamente para tapar el secreto de su descomunal deuda, imposible de ocultar con el descenso a Segunda. Y siguiendo este hilo, cobra mucha fuerza la opción de que la ley de rescate ad hoc aprobada para Osasuna en noviembre fuera realmente un intento desesperado del régimen (UPN-PP-PSN) por tapar con tiritas la hemorragia que venía y de la que eran responsables claros, por acción o por omisión.

Esa ley es hoy papel mojado, se mire por donde se mire. Osasuna naufraga, torpedeado desde dentro, sin que se atisbe tabla de salvación posible. Y UPN no puede pretender salir a flote con silencios del hundimiento total que sus gobiernos han provocado.

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