Las políticas de Bildu siguen materializándose

Por fin las diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa se han puesto de acuerdo para establecer un límite de gasto máximo para los usuarios habituales de las autopistas de peaje de ambos territorios. El acuerdo es motivo de alegría, especialmente para los conductores que verán reducida su factura en peajes. Es también motivo de satisfacción para todas aquellas personas que han defendido políticas públicas progresistas, como las que impulsó Bildu durante la anterior legislatura, que ahora ven que son asumidas por otras fuerzas políticas que, en su momento, no tuvieron ningún reparo en menospreciarlas y criticarlas.

No obstante, el tiempo transcurrido invita a la reflexión. En la pasada legislatura no se quiso acordar la propuesta con el fin de reforzar la estrategia de acoso y derribo al gobierno de Bildu, y ha tenido que pasar más de la mitad de la actual para que finalmente los actuales gestores forales hayan considerado que ha llegado el momento adecuado para materializar algo tan sencillo. Un largo periodo en el que el interés de los usuarios y el interés general no parece que hayan sido motivo de preocupación para ambos ejecutivos. Todo ello dice mucho de su escasa sensibilidad social y de un peculiar liderazgo político que, falto de imaginación, se limita a apropiarse del trabajo de otros.

Ha debido ser un trago muy duro para el PNV y su socio PSE reconocer –aunque sea implícitamente con este acuerdo– que las políticas públicas impulsadas por Bildu tenían sentido y eran beneficiosas para el bienestar general. Y en este punto habría que recordar que, solo cinco días antes de hacer público este acuerdo, ambos aprobaron demandar judicialmente a Ainhoa Intxaurrandieta e Iñaki Errazkin por haber detenido la incineradora; es decir, por cumplir con el programa electoral con el que ganaron las elecciones. Un peligroso precedente que trata de socavar la legitimidad de las promesas electorales. Pero, a pesar de todo, las políticas de Bildu continúan abriéndose camino.

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