Juanjo Aristizabal es uno de los más de sesenta ciudadanos vascos que fueron deportados por las autoridades francesas y españolas a terceros países en la década de los 80. Este vecino de Trintxerpe fue detenido en Ipar Euskal Herria y enviado a Panamá en 1984 junto a otros compañeros. Tras la invasión del país por el Ejército de EEUU, fue deportado de nuevo a Venezuela. Tras 30 años de deportación, explica el motivo por el que han comenzado a romper esta medida de excepción y retornar a Euskal Herria: «Volvemos porque hay un proceso en marcha del que nos sentimos parte y queremos aportar».