Ariane Kamio
Donostia
Elkarrizketa
Miguel Martín
Director de Jazzaldia

«El jazz vasco ya existe e intentamos ser una plataforma para que siga creciendo»

Miguel Martín, director de Jazzaldia, lamenta que exista una generación de músicos jazzísticos vascos que no son extremadamente conocidos a nivel popular, pero advierte de que el auge musical dentro del género ya existe, y que es necesario darlo a conocer.

(Andoni CANELLADA/ARGAZKI PRESS)
(Andoni CANELLADA/ARGAZKI PRESS)

Miguel Martín es un hombre curtido. Lleva 34 años trabajando en Jazzaldia, por lo que no existe lugar a dudas de que es un experto en todo lo referente al jazz. Tres décadas en la dirección del festival le otorgan la capacidad de poder reflexionar sobre su evolución y sobre la influencia de este género musical en los artistas locales. El cartel de este año se presenta interesante, y así lo defiende su propio director.

47 años de Jazzaldia sin faltar a su cita con el público donostiarra. Al igual que Zinemaldia, se ha convertido ya en una especie de ritual para los aficionados al jazz y, en general, a la música de calidad.
Jazzaldia lleva muchos años como un referente más que obligado en este verano donostiarra. Lo que sí ha ido cambiando con el tiempo es la perspectiva que tiene el público respecto a él.

Jazzaldia ha pasado por muchas épocas. Cuando comenzó en el año 66, prácticamente esta actividad que nos puede parecer tan inocente, en realidad habría que verla bajo la óptica de esa necesidad de hacer cosas distintas a las que de alguna manera el régimen de aquella época promocionaba. El jazz, que era una música que prácticamente nadie conocía y que era una completa novedad, resultaba una manera de ser «diferente», de no hacer lo que nos estaban indicando.

Sigue siendo todo un clásico del verano donostiarra, pero se ha visto de manera muy diferente a lo largo de los años. Yo me quedo con la actual, por supuesto.

Jazzaldia cierra este año un cartel de primera.
Ese es nuestro objetivo y nuestro interés. Es un cartel con grandes nombres y con propuestas exclusivas, y con diferente música en muchos escenarios. Nos preocupa mantener el interés y el atractivo del festival, no solamente respecto a los grandes nombres, también respecto a cosas nuevas, como los proyectos exclusivos de colaboración entre artistas vascos y extranjeros. Tenemos que hacer convivir los grandes nombres –que son las que el público muchas veces demanda– y esos proyectos que sean exclusivos para Jazzaldia.

No podemos olvidar la actuación del legendario percusionista Jimmy Cobb en la segunda jornada del festival, que además recibirá el premio honorífico de Jazzaldia.
Jimmy Cobb es un hombre no solamente admirable por cómo toca la batería, sino que es un músico admirable por la cantidad de proyectos que en este momento tiene entre manos con músicos muchísimo más jóvenes que él.

Es un músico de jazz que desarrolla casi toda su actividad en EEUU. No gira demasiado, con lo cual es un doble atractivo el haberlo traído y dedicarle la jornada del 20 de julio.

Jimmy Cobb es el último de los supervivientes de una de esas sesiones que le dan sentido musical a los aficionados del jazz, como es la grabación del ‘Kind of Blue’, de Miles Davis, sin duda el disco que más veces ha sido citado como el mejor disco de la historia del jazz.

Entre las actuaciones, Jazzaldia recurre este año a caras conocidas del certamen, como Madeleine Peyourx, Neneh Cherry (2007), Antony o Bobby McFerrin, que en 2008 actuó en la Zurriola con el Orfeón Donostiarra y regresó en 2011.
Todos ellos, excepto Melody Gardot, efectivamente han actuado ya en Jazzaldia. Pero no buscamos repetir fórmulas. El mayor interés está en Melody Gardot frente a cualquiera de los otros nombres, aunque es cierto que para poner un cartel que sea atractivo y llame a la asistencia del público tiene que tener una serie de nombres que son finitos.

Hemos puesto muchísima más carne en el asador para que estuviese Melody Gardot que no para conseguir que estuvieran los otros, aunque siempre son bienvenidos, porque son nombres importantes.

Antony es una de las actuaciones destacadas de este año, con las entradas agotadas desde hace ya varias semanas, y volverá a Donostia para actuar con la orquesta vasca Et Incarnatus. ¿Cómo ha surgido la colaboración?
Cuando contactamos con Antony nos dijo que en su proyecto contaba con una orquesta de 42 miembros y nos mostró su deseo de tocar con orquestas locales. Le hablamos de Et Incarnatus, formada con gente joven con bastante práctica en hacer este tipo de música y que en Jazzaldia ya ha tocado acompañando a Phil Woods, y le enviamos una grabación de esa actuación.

De todas maneras, es importante resaltar no solamente la colaboración con músicos locales, sino con una agrupación formada formada por gente joven, lo que quiere decir que hay futuro en ese sentido.

Poniendo el foco en los artistas vascos, este año destaca su presencia en la programación. ¿Se vislumbra un auge del género entre los músicos locales?
El jazz vasco ya existe y lo que hacemos es darle una plataforma para ayudarle a que siga creciendo. Más que decir que va a haber un auge, tenemos que ser conscientes de que ese auge ya existe, y en lo que todo caso será necesario, es darlo a conocer.