Un año más, los alcaldes de los valles de Erronkari y Baretous, ataviados con la indumentaria tradicional de la zona, han renovado el compromiso de paz, conocido como Tributo de las Tres Vacas, que puso fin a las disputas entre ambos valles.
La ceremonia se ha realizado en el collado de Ernaz. El tributo, que data del siglo XIV, es la entrega de tres vacas que los ganaderos del valle de Baretous deben pagar a sus vecinos de Erronkari por el derecho al disfrute de sus pastos.
El compromiso de paz queda sellado simbólicamente mediante la imposición de sus manos sobre la piedra de San Martín, rito que, con el tiempo, se ha convertido en una fiesta y una jornada de hermandad.