Beñat Zaldua
Barcelona

El reto de las Candidatures d'Unitat Popular

Las Candidatures d'Unitat Popular dieron un gran salto en las últimas elecciones municipales, al conquistar, por primera vez, cuatro alcaldías. De mano del independentismo creciente, buscan construir un discurso y una estrategia independentistas desde la izquierda, al tiempo que debaten si dar el salto y presentarse a las próximas elecciones al Parlament.

Acto político de las CUP durante la campaña en las municipales del año pasado (CUP)
Acto político de las CUP durante la campaña en las municipales del año pasado (CUP)

Las condiciones objetivas son idóneas: por un lado crece el independentismo hasta máximos hasta ahora desconocidos y, por otro lado, crece el malestar social en contra de la política de recortes y austeridad impuesta por CiU. Algo que el portavoz de las Candidatures d'Unitat Popular (CUP), Marc Sallas, reconoce como un caldo de cultivo propicio para el crecimiento de una izquierda independentista fuerte.

Sin embargo, no es tan fácil como parece, ya que se suele señalar que el malestar nacional y el malestar social no van de la mano. Debido a su transversalidad, es difícil situar el grueso del independentismo catalán en un espectro político u otro, pero numerosos analistas coinciden en situar el gran cambio en las filas de CiU, es decir, entre votantes conservadores. Sin embargo, en las últimas semanas se ha abierto paso un nuevo análisis que situaría a una mayoría de independentistas en la izquierda. A través del cruce de datos de la última encuesta del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), el catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Barcelona, Jordi Matas, calculaba en un reciente artículo que «más del 70% de los que afirman que Catalunya debería ser independiente y de los que aseguran que votarían a favor de la independencia si mañana hubiera un referéndum son de izquierdas».

La Esquerra Independentista confía en estos análisis para sentar las bases de un crecimiento que, de hecho, ya comenzó hace un año, en las elecciones municipales en las que las CUP consiguieron un máximo histórico de 4 alcaldías -participan, además, en el gobierno municipal de dos alcaldías más-. Sallas explica que la valoración de este primer año en diferentes alcaldías «es muy positivo», ya que está permitiendo un aprendizaje y un crecimiento exponencial: «Últimamente sumamos un nuevo núcleo local al mes y ya contamos con casi 90».

Pero los retos son todavía de gran calado. Sallas explica que «falta articular un discurso político claro» que marque una estrategia definida hacia el independentismo, y que lo marque, además, desde la izquierda. «Los militantes de partidos como CiU y Esquerra son independentistas, pero a los partidos les falta una estrategia clara hacia la independencia», analiza Sallas, quien señala que «eso es lo que tienen que buscar las CUP».

Otro gran reto es el discurso territorial, en el que el reciente crecimiento del independentismo en el Principat parece haber dejado de lado el resto de Països Catalans. De hecho, las CUP son una de las pocas organizaciones políticas que desarrolla un discurso conjunto para los diferentes territorios catalanes, «respetando siempre las diferentes velocidades y condiciones de cada lugar», puntualiza Sallas. «Estamos sufriendo las consecuencias de más de 30 años de transición; en los 70, todas las fuerzas políticas catalanas hablaban de Països Catalans, desde Convergència al PSUC, pero ahora ya no se acuerda nadie», sentencia el portavoz.

Son cuestiones abiertas que las CUP deberán abordar a corto plazo para adquirir madurez política y sentar las bases de una alternativa independentista de izquierdas. De momento, la gran pregunta que queda en el aire es si darán el paso de presentarse en las próximas elecciones al Parlament, que se celebrarán, siempre que no haya un adelanto, en 2014. Sallas explica que «es un debate abierto sobre el que se está trabajando y sobre el que se tomará una decisión en la Assemblea Nacional prevista para el primer trimestre del año que viene».