Beñat Zaldua
Iruñea

Romper el bloqueo

El ‘Estelle’, un velero casi centenario, salió hace varias semanas de Suecia rumbo a Gaza, adonde tratará de llevar ayuda humanitaria, rompiendo el bloqueo impuesto por Israel a los palestinos de la franja. El buque insignia de la tercera «Flotilla de la Libertad» parará este domingo en Donostia, de donde pasará a Bermeo el próximo martes.

El velero ‘Estelle’, embarcación de la tercera «Flotilla de la Libertad». (SHIP TO GAZA)
El velero ‘Estelle’, embarcación de la tercera «Flotilla de la Libertad». (SHIP TO GAZA)

A la tercera puede ser la vencida. Después de que en 2010 el Mavi Marmara fuese atacado por el ejército israelí -asesinando 9 tripulantes e hiriendo a 50- y en 2011 se vieran bloqueados en aguas griegas, la tercera «Flotilla de la Libertad», embarcada en el velero ‘Estelle’, navega ya por el Atlántico rumbo a la Franja de Gaza, con el objetivo de llevar ayuda humanitaria y romper el bloqueo que Israel mantiene sobre más del millón y medio de palestinos que habitan el territorio.

Tras partir hace mes y medio de Suecia, el ‘Estelle’ se encuentra ahora en la costa francesa, de donde pasará a aguas de Euskal Herria, haciendo escala en Donostia el próximo domingo 26 de agosto. Así lo anunció el portavoz de la flotilla, Dror Elimelech Feiler, el pasado 7 de agosto, cuando visitó la capital gipuzkoarra y se reunió con el diputado general, Martin Garitano, y el alcalde de la ciudad, Juan Karlos Izagirre. Dos días más tarde, el velero atracará en Bermeo.

Tras dar la vuelta a la península, la flotilla parará en Santa Pola y Alicante, de donde está previsto que se trasladen a Barcelona. De la capital catalana pondrán rumbo de nuevo a la costa francesa antes de atracar en Italia, desde donde se adentrarán «en mares calientes», según explica el miembro de la plataforma ‘Rumbo a Gaza’ Manuel Espinar. Paralelamente, miembros de la campaña de todo el mundo se reunirán durante los primeros días de septiembre en Madrid para analizar el contexto, perfilar la ruta final y decidir cuál será la tripulación que tratará de desembarcar en Gaza.

Espinar explica que, más allá de la ayuda humanitaria que porta el velero, el objetivo de la campaña es «romper el silencio mediático en torno a Palestina» y denunciar el «bloqueo inhumano que Israel impone sobre Gaza».

Para ello, Espinar remarca la importancia de la presión internacional. De hecho, más allá de los problemas que puedan encontrar en el camino a Gaza, la campaña de este año ha puesto el acento en iniciativas de divulgación y sensibilización en países de todo el mundo. «El trabajo que han hecho en Suecia y los países nórdicos ha sido espectacular y, por primera vez, se ha trabajado mucho en países latinoamericanos como Chile», señala Espinar.

De todos modos, y con el trágico precedente del 2010 en la memoria, la principal incógnita sigue siendo lo que pueda ocurrir en la aproximación al territorio palestino. Los augurios no son demasiado halagüeños, al menos si se tiene presente la reciente presentación del ‘Protector’, un barco teledirigido -algo así como un ‘dron’ marino- que la Armada israelí ha adquirido «para apoyar la seguridad marítima en misiones no letales como impedir navegar a los pescadores palestinos fuera del área permitida o prevenir que las flotillas naveguen hacia Gaza».

La baza de la flotilla es, una vez más, la repercusión internacional que puedan conseguir, así como la relevancia de los tripulantes que intentarán llegar a Gaza. Si bien todavía no se conoce la identidad de las personas que subirán al barco en el tramo final, desde la organización se asegura que serán personas de gran relevancia, provenientes de diversos ámbitos como el político o el cultural. Pese a ello, la actuación de Israel sigue siendo una incógnita, tal y como asume el propio Espinar: «Nadie sabe lo que puede ocurrir».