Beñat Zaldua
Iruñea

Los acuerdos de pesca, entre el chantaje y la ilegalidad

A cambio de ingentes millones de euros, los buques europeos pescan sin límite real en las aguas de varios países, perjudicando los stocks locales y la pesca artesanal. Los acuerdos caen, además, en la más flagrante ilegalidad en casos como Marruecos, donde han incluido durante años las aguas del Sahara Occidental.

Manifestación en Bilbo a favor de la autodeterminación saharaui. (Luis JAUREGIALTZO/ARGAZKI PRESS)
Manifestación en Bilbo a favor de la autodeterminación saharaui. (Luis JAUREGIALTZO/ARGAZKI PRESS)

Desde finales de los 70, la Unión Europea mantiene Acuerdos de Asociación Pesqueros con varios países europeos, gracias a los cuales puede pescar sin límites prácticos en las aguas de países como Mauritania. Sobre el papel, las toneladas de captura anuales en este país están limitadas a 307.400, pero desde la Coalición para Acuerdos Pesqueros Equitativos han repetido continuadamente que ni la Unión Europea ni Mauritania han puesto apenas controles eficaces.

Los acuerdos entran además en competencia directa con la pesca artesanal local, en un país con un 50% de la población bajo el umbral de la pobreza, que ha visto cómo en una década el consumo de productos marinos por habitante ha pasado de 11 kilos al año a 9,5, según subraya un artículo de noviembre de ‘Le Monde Diplomatique’. Todo a cambio de 113 millones de euros –el contrato de pesca más importante del mundo– gestionados por la Administración del general Mohamed Ould Abdel Aziz y que apenas llega a la población.

Los cuestionables acuerdos llegan a la más clara ilegalidad en el caso de Marruecos, país con el que la UE ha firmado sucesivos pactos que permiten la pesca de buques europeos en aguas territoriales de la República Arabe Saharaui Democrática (RASD), un país que, según la ONU, sigue siendo Territorio No Autónomo, pendiente de un proceso de descolonización –española– incompleto. Ya en 1975, la Corte Internacional de Justicia dictaminó que Marruecos no tenía ningún derecho legal sobre el territorio, lo que no ha impedido a la UE alcanzar acuerdos con el reino alauí para explotar los recursos saharauis durante años.

Estos acuerdos se vieron comprometidos hace un año, cuando el Parlamento Europeo rechazó –por 326 votos contra 296– el acuerdo de pesca con Marruecos, al considerar que suponía un despilfarro de dinero –la pesca en la zona a disminuido notablemente– y que violaba el derecho internacional, ya que la ONU no reconoce el Sahara Occidental como parte de Marruecos.

Con anterioridad, la Comisión Europea ya contaba con un informe de la consultora Océanic Développement en el que evaluaba muy negativamente los sucesivos acuerdos pesqueros entre la UE y Marruecos durante los años 2007 y 2010. La Comisión ocultó durante cierto tiempo el informe –que se adjunta como PDF–, hasta que varias organizaciones consiguieron su publicación.

Pero pese a los informes negativos y el rechazo del Parlamento, buques europeos han seguido pescando durante el último año en aguas saharauis de forma ilegal, tal y como ha denunciado reiteradamente la red de asociaciones y activistas que conforman Western Sahara Resource Watch, aportando elocuentes vídeos como éste. La peor noticia, sin embargo, llegaba este pasado mes de octubre, cuando desde la UE se anunció la reapertura de conversaciones con Marruecos para buscar un nuevo acuerdo para el año que viene.