Agustin GOIKOETXEA
Bilbo

Bermeo suma distintos esfuerzos para ir recobrando la normalidad

Un mes se cumple hoy del incendio que devastó una parte del corazón de Bermeo. Afectados e instituciones trabajan codo con codo con el objetivo de que la calle Nardiz tar Jon recupere lo antes posible la normalidad, aunque no obvían que la tarea se prolongará y habrá que mantener el espíritu colaborativo y la implicación actual.

Hoy se cumple un mes del incendio que calcinó varias casas en Bermeo. (Marisol RAMIREZ / ARGAZKI PRESS)
Hoy se cumple un mes del incendio que calcinó varias casas en Bermeo. (Marisol RAMIREZ / ARGAZKI PRESS)

La incertidumbre de las primeras horas, de los primeros días no es tal, aunque varios de los afectados por el fuego que calcinó sus hogares y sus negocios necesitan del apoyo de sicólogos para superar aquella tragedía. El incendio más importante que se recuerda en las últimas décadas en un casco urbano de Bizkaia y uno de los más destacados en la historia de Bermeo ha dejado huella en quienes lo padecieron y en la ciudadanía en general. Las imágenes de las llamas y la posterior destrucción extremecen a más de uno y forman ya parte de la memoria colectiva.

En esa larga travesía para recobrar la normalidad perdida en el corazón del casco histórico bermeotarra, el miércoles se produjo un hito, como fue la reapertura al paso de vehículos y personas de la calle Nardiz tar Jon, la «zona cero». La alcaldesa, Idurre Bideguren, reconoce que les hubiera gustado hacerlo antes, aunque aclara que las tareas de desescombro y de instalación de un complejo andamiaje que protege a los inmuebles afectados por el fuego que permanecen en pie han sido la causa de esa demora. «Hemos tardado un poco más de lo que esperábamos, pero es un paso, aún pequeño, para ir recobrando poco a poco la normalidad», apunta.

«Tenemos una tarea dura pero estamos convencidos de que, con el trabajo en común de todas las instituciones, lo conseguiremos», afirma Bideguren.

En seis meses, señala, algunos de los proyectos de ejecución de los nuevos edificios estarán disponibles. Así lo han prometido desde el Ejecutivo de Lakua, cuyos técnicos se han puesto manos a la obra en su elaboración.

Desde la plataforma de afectados, uno de sus portavoces, Gorka Gómez, incide en que esa colaboración técnica supondrá un ahorro para las familias que residían en los tres inmuebles que cayeron y que deben ser levantados de nuevo. En cuanto a los otros ocho edificios, el Consistorio se ha encargado de que se agilice la instalación del andamiaje en una actuación global y ahora, añade Gómez, llegarán los trabajos de apuntalamiento y de colocación de toldos. «Creemos que en dos meses estará finalizada esa fase», comenta.

Hasta que se complete todo ese proceso, los péritos no podrán entrar a evaluar los daños, lo que retrasará el cobro de las pólizas de los seguros. En ello también ha tratado de mediar la comisión especial constituida en el Ayuntamiento, reuniéndose con las distintas compañías. «Cada seguro es un mundo, además hay que tener en cuenta la póliza que cada familia tenía contratada. Espero que respondan con rapidez», apostilla la primera edil.

De las 37 familias que fueron desalojadas a consecuencia del incendio, 27 residen provisionalmente en un bloque de viviendas de promoción foral -cedido por la Diputación- en la calle Zubiaur tar Kepa; otras diez han ido a domicilios de familiares o amigos. De las 70 familias, algunas están recibiendo apoyo sicológico por el trauma que han sufrido y para tratar de controlar sus emociones.

Es una de las facetas del respaldo municipal, coordinado desde el Patronato de Bienestar Social, cinco de cuyas trabajadoras sociales se encargan de atender las necesidades de todo tipo de los afectados. Al margen de sicólogos, en el equipo multidisciplinar cuentan con dos abogados para ayudar a agilizar trámites urbanísticos u otros relacionados con entidades bancarias y seguros.

Idurre Bideguren valora de forma «muy positiva» el trabajo que está efectuando la comisión especial, que se ha convertido en el referente de las distintas administraciones y de los afectados. También destaca la implicación de todas las instituciones que, hasta el momento, se han volcado en atender las necesidades de los vecinos.

«Desde que se produjo el incendio nuestra prioridad han sido las y los vecinos y haremos lo que esté en nuestra mano para ayudarles», enfatiza la alcaldesa. Menciona, por ejemplo, que ellos se han encargado de repartir los 125.000 euros que la Diputación vizcaina concedió para ayudas de primera necesidad, desde comprar menaje para el hogar a un simple secador.

Los comercios, a la espera

Aunque vecinos y comerciantes conforman la plataforma de afectados sus necesidades no son las mismas. Poco a poco, los trámites relacionadas con las viviendas se van cumplimentando o poniendo las bases para ello. No está tan claro el futuro de los comerciantes.

Tres tiendas y un bar son los principales damnificados, aunque la actividad de otra veintena de negocios sufre las consecuencias, ya que muchos de quienes eran sus clientes son las familias afectadas, además de que esa calle comercial, según la alcaldesa, tardará en recuperar el pulso que tuvo hasta el 11 de abril. El Consistorio ha iniciado contactos con responsables autonómicos de Comercio para buscar una solución para quienes regentaban esos establecimientos, no solo por lo que respecta a exenciones fiscales sino algún tipo de ayuda para poder subsistir al menos mientras se aclara el futuro.

Bideguren comenta que ya han hablado con los comercios del entorno para tratar de realzar la actividad tras un mes cerrada la «zona cero».