En su tradicional discurso de fin de año, Iñigo Urkullu ha querido trasmitir un mensaje de «esperanza» para 2014 tras despedir lo que ha calificado de un «año muy difícil».

Ha defendido que el «reto de Euskadi» para el año que comienza es el de reactivar la economía y crear empleo y hacerlo «apoyados en pasos continuados para la convivencia en una paz sólida».
«Debemos dejar atrás el odio, reconocer el daño causado a las víctimas, actuar con responsabilidad y favorecer una nueva convivencia, aprovechando la generosidad y altura de miras de la mayoría de la sociedad vasca. Es posible, hay camino por recorrer», ha resumido.

En su opinión, Euskal Herria tiene la «oportunidad histórica de consolidar una paz y convivencia que nunca se ha conocido».

El lehendakari ha situado asimismo entre los «retos de país» la necesidad de «actualizar el sistema de autogobierno, eficaz garantía de bienestar durante más de tres décadas».

Ha enfatizado que «Euskadi quiere progresar y ganar su propio espacio en Europa y el mundo» y, en ese sentido, ha destacado que «tenemos la oportunidad de abrir la puerta a un nuevo futuro político para Euskadi, desde el diálogo, la negociación, el acuerdo, el refrendo y el respeto a la voluntad de la sociedad vasca».
Para ello, ha apostado por «avanzar en el acuerdo político» entre las diferentes fuerzas vascas.

Augura un mejor año en materia económica

En lo que respecta a la situación económica, ha lanzado un mensaje positivo y «prudente».

Ha afirmado que «estamos dejando atrás lo peor de la crisis y superando la recesión» y ha asegurado que 2014 «va a ser mejor».  No obstante, ha advertido de que la recuperación económica sigue estando «lejos» y «seguiremos viviendo momentos duros», sin olvidar que 2014 «nos abre nuevas oportunidades».

«Los retos que afrontamos son retos de país. Estamos en marcha. Lo urgente y fundamental es reactivar la economía y favorecer nuevas oportunidades de empleo, especialmente entre la juventud», ha sostenido.

En su opinión, 2014 tiene que ser el año de la «fuerza de la unión», porque el futuro va a «requerir una sociedad fuerte y cohesionada, formada por personas con valores sólidos, con convicciones éticas y democráticas» y «respetuosa con la pluralidad y la diversidad».

Urkullu ha finalizado su discurso trasladando sus mejores deseos y el «compromiso y la esperanza en un año mejor» a todos los vascos que viven en Euskal Herria y a quienes están en el exterior.