Las últimas horas han vuelto a dejar un reguero de sangre en la franja de Gaza. Por lo menos ocho personas han muerto durante las últimas horas debido a los bombardeos israelíes, que ya ha atacado a 110 objetivos, provocando, en la mayoría de los casos, la muerte de civiles. El último ataque con resultado mortal se ha producido en Rafah, donde siete personas han muerto. Tres de ellos son altos cargos de las Brigadas Ezzedine al-Qassam, según han confirmado desde el brazo armado de Hamas. La octava muerte se habría producido en el campo de refugiados de Nousseirat.
Estas muertes se suman a la veintena de la primera noche posterior a la ruptura de las negociaciones en El Cairo. Abu Ubaida, un representante del brazo armado de Hamas, confirmó que el jefe de las Brigadas Ezzedine al-Qasam, Muhammad Deif, no ha muerto. «Decimos a Israel: han fallado. Todo lo que pueden hacer es matar niños y mujeres. Han fallado en todas sus misiones. Muhammad Deif entrará en Jerusalem a la cabeza de la armada de liberación».
Durante las últimas horas cerca de 175 misiles han sido lanzados contra Israel, 135 de ellos han llegado a caer en territorio israelí.
«No volveremos hasta que Israel responda»
La ofensiva israelí llega tras la ruptura de las negociaciones en El Cairo. Abu Ubaida ha confirmado que Israel se muestra reacio a ofrecer ninguna concesión, tras la solicitud de la delegación palestina de levantar el bloqueo de ocho años sobre Gaza, que ha provocado una situación económica extrema en la franja.
La delegación egipcia abandonó El Cairo tan pronto como el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció el inicio de los bombardeos contra Gaza. Azzam al-Ahmed, jefe de la delegación palestina en El Cairo, también ha abandonado la capital egipcia pero lo ha hecho con ánimo de retomar las conversaciones. «Nos vamos... pero no abandonamos la negociación», ha afirmado al-Ahmed, aunque ha añadido que no volverán «hasta que Israel responda» a su última propuesta.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha vuelto a pedir a ambas partes que vuelvan a la mesa de negociación para lograr una tregua duradera.