El convoy ruso compuesto de 260 camiones y con una carga de 2.000 toneladas de ayuda humanitaria se dirige a su destino, tras más de una semana esperando en la frontera con Ucrania. Moscú ha afirmado que «la parte rusa ha decidido actuar. Nuestra columna con carga humanitaria empieza a dirigirse hacia Lugansk». Ayer por la tarde trascendió que varios de los camiones habían cruzado un paso fronterizo controlado por las fuerzas contrarias al Gobierno de Kiev. Esta mañana varias agencias de información confirman la decisión rusa de avanzar en su objetivo.

El Ministerio de Exterior ruso afirma que «la situación con los interminables retrasos artificiales para comenzar la entrega de la ayuda humanitaria rusa a las regiones del sureste de Ucrania es intolerable» y ha denunciado que Kiev está dilatando el acuerdo, necesario para el Comité Internacional de la Cruz Roja, «inventando nuevos pretextos e intensificando sus ataques contra Lugansk y Donetsk». Durante las últimas horas Kiev ha bombardeado las posiciones de las fuerzas antigubernamentales en ambas regiones.

Los tramites aduaneros fueron suspendidos ayer con el argumento de que los combates se habían intensificado en Lugansk. Moscú denuncia que «las autoridades ucranianas bombardean ellas mismas el punto de destino de la ayuda (humanitaria) y por ese mismo motivo prohíben que se transporte hasta allí», una actitud que ha considerado «intolerable».

«Responsabilidad por posibles provocaciones»

La nota del Ministerio de Exterior ruso también se refiere a posibles consecuencias de esta decisión. Considera que «la responsabilidad por posibles provocaciones recaerá sobre aquellos que están dispuestos a seguir sacrificando destinos humanos en aras de sus ambiciones y planes geopolíticos».

El convoy humanitario ruso partió de Moscú hace diez días y hace ocho que se encuentra en la frontera con Ucrania.