Han pasado ya nueve meses desde que EPPK anunciara su histórica decisión de abrir la puerta a una salida escalonada e individualizada para la situación de sus integrantes, y seis desde que la empezara a poner en práctica con la tramitación de las demandas de aquellos que están enfermos y son mayores de 70 años.
La posterior respuesta negativa del Gobierno español –y el seguidismo del francés– le lleva a anunciar los respectivos recursos, además de a demandar la colaboración de la sociedad vasca apara acabar con la dispersión y regresar a Euskal Herria. «La participación de los ciudadanos vascos es imprescindible para acabar con la cerrazón de los estados», apunta este colectivo.
Precisamente, «y a pesar de que no hemos acabado con la dispersión y la deportación», buena parte del comunicado –que GARA publicará este miércoles en su integridad– está dedicado a agradecimientos: a quienes «habéis estado a nuestro lado, porque sin vosotros hubiera sido imposible soportar este castigo añadido»; a sus familiares, amigos y conciudadanos por «regar las raíces que nos unen a Euskal Herria»; a todas las personas que se han movilizado, de una u otra forma, en solidaridad con su situación; y, sobre todo, a quienes han sido víctimas de la represión por «trabajar en organizaciones de defensa de los derechos de los presos».
EPPK califica de «incomprensible» que en el actual contexto político los estados español y francés se empeñen «en la agresión constante» contra sus miembros. «Todavía nos consideran el eslabón débil», censura, y resalta que el objetivo último de la estrategia de Madrid y París pasa por «expandir la resignación, mantener en un impasse el proceso político y, en última instancia, descarrilarlo. He ahí la verdadera explicación de por qué mantienen la dispersión y el alejamiento».