En los últimos días han sido habituales las informaciones que dividían el partido en dos sectores, el liderado por el propio Iglesias (y al que pertenecen también Iñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, Luis Alegre y Carolina Bescansa) y una corriente «alternativa» planteada por el europarlamentario Pablo Echenique, que tiene también el aval de Teresa Rodríguez y Lola Sánchez, compañeros en Bruselas.

Pese a los rumores de enfrentamiento, el aspirante a secretario general ha pedido un «aplauso crítico» a los medios que han avivado estas disputas, reiterando que en su formación «no se arreglan» las dicusiones con pactos entre las diferentes corrientes.

«Cada vez están más preocupados de que ganemos», ha argumentado Iglesias, quien ha recordado la meteórica evolución del partido desde que se anunció su presentación, hace apenas medio año, hasta la actualidad, cuando las encuestas lo sitúan disputando el segundo puesto con el PSOE. Tambián ha realizado un repaso sobre diversos debates ideológicos.

«Nos dijeron si éramos de izquierdas o de derechas. ¿Tenéis alguna duda? Sin embargo, querían meternos en un tablero con el pescado vendido. Nosotros queremos ocupar la centralidad del tablero», ha reivindicado, afirmando que hay «una mayoría social» que quiere que «los ricos paguen impuestos, se democratice la economía o se defiendan los derechos sociales.

«Dijimos patria y nos criticaron», ha señalado. «Hablar de patria es hablar de la dignidad de un pueblo independientemente de la lengua que se hable», ha reiterado, considerando que «quien rompe España es quien tiene dinero en paraísos fiscales, sean del PP, de CiU o del PSOE, que no tienen más patria que su dinero».

Esta ha sido la única mención, de pasada, sobre el debate soberanista que se desarrolla en Catalunya. No obstante, tampoco tocaba. Entre hoy y mañana seguirán los debates que, posteriormente, serán votados por los más de 130.000 inscritos en todo el Estado.