Al acto de recuerdo han asistido sus tres hijos y otros miembros de la familia Brouard Aldamiz, así como antiguos compañeros de quien fue teniente alcalde por HB entre 1979 y 1983 como Tasio Erkizia y Manu Agirre, y cargos públicos de EH Bildu. También han asistido la presidenta del BBB del PNV, Itxaso Atutxa; la directora de Víctimas y Derechos Humanos del Ejecutivo de Lakua, Mónica Hernando; y una representación de la fundación Egiari Zor con Elena Bartolomé, compañera de Josu Muguruza, a la cabeza, y del Colegio de Médicos de Bizkaia.

El acto ha comenzado con unas palabras del alcalde, Ibon Areso, en las que ha recordado el momento político que se vive en Euskal Herria y la necesidad de curar heridas de los años de violencia a través del reconocimiento y el recuerdo de lo sucedido para construir una sociedad más justa, tolerante, democrática y civilizada. Areso también ha hecho votos por avanzar en políticas de distensión y ha destacado el papel que vienen jugando Edurne Brouard en el camino de la reconciliación entre las víctimas que ha generado el conflicto.

A continuación, ha tomado la palabra la hija mayor del reconocido pediatra y destacado militante de la izquierda abertzale muerto en atentado atribuido a los GAL para agradecer el gesto del Ayuntamiento. Edurne Brouard no ha querido olvidarse de su madre, Teresa Aldamiz, de quien ha dicho que estaría feliz de que Santi haya sido homenajeado en aquella institución en la que trabajó. Tampoco se ha olvidado de que el cuerpo de su padre recibió el homenaje multitudinario del pueblo de Bilbo en el mismo salón que hoy ha acogido el acto.

Brouard ha incidido en que iniciativas como la del Consistorio bilbaino, que mañana se repetirá en la Cámara de Gasteiz, son buenos. Ha remarcado que el reconocimiento es el eje a partir de que hay que construir el futuro sobre la verdad, la justicia y la reparación, dejando claro que hay muchas verdades de las diferentes violencias que ha soportado el país. Ha señalado además que el reconocimiento debe ser «real» y no se puede apartar a unas víctimas en función de la violencia que padecieron.

Edurne Brouard, emocionada al igual que su hermano Santi y su hermana Tere, ha añadido que no es tiempo de confrontación y ha apostillado que «nuestro dolor no sirva para la confrontación ni sea un obstáculo para la paz».

A la conclusión de su intervención, Ibon Areso le ha hecho entrega de la medalla de la villa, a la que ha seguido un minuto de silencio amenizado por la Banda Municipal de Txistularis y el músico Xabi Zabala.