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Iruñea

El exalcalde de Eguesibar reconoce que contrató las preferentes sin consultar con nadie

El exalcalde de Eguesibar, Josetxo Andia (UPN), ha asegurado al inicio de la vista en la que se le juzga en Iruñea que «en ningún momento» tuvo intención de perjudicar a la empresa municipal con cuyo dinero compró preferentes a la entidad de ahorro, Caixa Catalunya, de la que estaba en situación de excedencia.

Josetxo Andia (a la izquierda) a su llegada a los juzgados el pasado mayo (Jagoba MANTEROLA/ARGAZKI PRESS)
Josetxo Andia (a la izquierda) a su llegada a los juzgados el pasado mayo (Jagoba MANTEROLA/ARGAZKI PRESS)

Durante cinco horas y media, la Sección Primera de la Audiencia de Nafarroa ha acogido la primera sesión del juicio contra Andía, acusado de malversación y prevaricación después de que la acusación particular, en sus conclusiones definitivas, haya decidido retirar la imputación del delito societario y del fraude.

En la vista, que finalizará este viernes con la presentación de los informes de las partes, la fiscal, al estimar la atenuante de reparación de daño, ha rebajado su petición de pena por malversación de 4 años a 3 años y 3 meses de cárcel, y de 8 años a 6 años y 6 meses de inhabilitación absoluta, manteniendo la indemnización de 61.381 euros para Andacelay S.L, la empresa municipal afectada.

La acusación particular, ejercida por el actual alcalde de Eguesibar, Alfonso Etxebería (Geroa Bai), entonces concejal de NaBai, ha retirado su imputación del delito societario y de fraude y ha pedido 10 años de inhabilitación por prevaricación y 3 años y 3 meses de cárcel y 6 años y 6 meses de inhabilitación por malversación, coincidiendo con la fiscal en la indemnización reclamada.

En su declaración, Andía ha afirmado que jamás intentó perjudicar a Andacelay cuando, el 17 de marzo de 2011, siendo alcalde por UPN y presidente de dicha sociedad, suscribió en Caixa Catalunya un depósito combinado que incluía una imposición a plazo fijo de 300.000 euros y 100.000 euros en participaciones preferentes.

Estas preferentes, tras permanecer paralizadas y canjeadas por acciones, fueron vendidas el 2 de julio de 2013 por 38.618,29 euros.

«Si hubiera tenido la más mínima sospecha, no paso el calvario que estoy pasando estos años», ha subrayado Andía, quien ha asegurado que «en ese momento» entendió que «era beneficioso» para la sociedad. «Luego, visto lo visto, fue un error mío y de miles de españoles», ha precisado.

Respecto a la compra de preferentes, Andía ha explicado que no consultó con nadie la operación porque «estaba suficiente facultado para hacerlo», y porque tenía todos «los poderes y legalidad para hacerlo».

Ha precisado que, tras la compra, informó de la operación y del rendimiento del dinero.«Especulación financiera no se ha hecho», ha asegurado Andía, quien ha señalado que la gestión de las preferentes se realizó bajo las premisas de «disponibilidad, rentabilidad y seguridad, minimizando el riesgo».

El exalcalde ha señalado que conocía «a nivel teórico» que las preferentes eran un producto de riesgo porque «todo producto financiero tiene un riesgo», pero ha argumentado que la compra se realizó cuando el país había salido de una primera recesión económica y no se sabía que iba a haber una segunda.

«Después de lo visto, la verdad es que no lo hubiera hecho», ha reconocido pese a insistir en que, en todo momento, se sometió «a los controles que me marcaban las escrituras y poderes que tenía».

Durante la sesión han testificado, entre otros, varios directivos de Caixa Catalunya y el actual alcalde, Alfonso Etxeberría, quien ha cuestionado la compra de preferentes al considerar que desde la administración pública «no se puede jugar a la lotería» y ha negado, frente a lo defendido por los primeros, la existencia de un pacto con la entidad bancaria para resarcirles de las pérdidas.

Un pacto mediante el cual, según la defensa de Andía, que se ha ratificado en su petición de absolución, la entidad bancaria, al aumentar los intereses en los depósitos de la empresa, ha aportado unos 59.380 euros, con lo que, ha dicho, «a estas alturas» el quebranto económico ha sido ya resarcido.