Ha empezado como un rayo el conjunto donostiarra, animado por el buen hacer de Doblas y Díez cogió el timón (10-3) y ha encontrado el camino al aro de un Valencia que ha salido muy frío y ha concedido opciones en la pintura.
Nedovic ha sido el encargado de calentar el hielo que se pegaba al basket de su equipo y el base serbio, casi en solitario, ha liderado la tímida reacción de los suyos, siempre a remolque hasta el descanso.
El equipo de Velimir Perasovic conocía los problemas de lesiones de su rival, el GBC solo contaba con ocho jugadores para afrontar el partido, y sabía que mientras las diferencias fueran cortas sus opciones en el tramo final del encuentro se incrementarían de forma exponencial.
Su oportunidad ha llegado tras el descanso, la rotación local ha comenzado a dar muestras de agotamiento y el Valencia seguía firme, con Pau Ribas muy activo, por lo que la lógica ha comenzado a imperar cuando Valencia, también con un gran Van Roosom, ha cogido sus primeras ventajas y las riendas del marcador (37-42).
El encuentro se ha igualado y así ha transcurrido en el último cuarto, en el que se suponía que los guipuzcoanos podrían acusar ya el cansancio acumulado e hincar la rodilla, pero el público de Illunbe no ha dejado de animar y ha dado bríos para tener opciones de discutir la victoria hasta los instantes finales.
Con 66-66 se ha entrado en el último minuto, sin Doblas en cancha por personales y el Valencia crecido ante la opción de victoria, sin embargo la moneda le ha salido cruz a los naranjas cuando Dubljevic ha errado uno de sus tiros libres y el base alemán Jordan la ha clavado desde el 6,75 para deleite de la sufrida afición donostiarra.