«Ya podemos hablar de 30 muertos, entre ellos dos niños», ha dicho el jefe del prensa del Ayuntamiento de Mariúpol, Oleg Kalinin, a la televisión ucraniana Hromadske.TV.

Entre los 93 heridos, algunos de ellos muy graves, en el brutal ataque contra un barrio residencial de la ciudad, la segunda más importante de la región, hay al menos otros cinco menores, según las autoridades sanitarias de la región.

El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ha anunciado que vuelve de urgencia desde Arabia Saudí, adonde ha asistido al funeral del rey Abdallah bin Abdulaziz, para convocar al Consejo de Seguridad Nacional y Defensa (CSND) de Ucrania.

«He ordenado convocar para mañana una reunión urgente del CSND para elaborar y poner en práctica acciones complementarias dado el vertiginoso empeoramiento de la situación en el este» del país, señala una declaración de Poroshenko publicada tras los últimos acontecimientos en Mariúpol.

El presidente ucraniano no ha dudado en cargar la responsabilidad del ataque a las milicias de Donbass y ha reiterado que «las llamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk deben ser declaradas organizaciones terroristas».

Las milicias, por su parte, niegan la autoría del ataque y acusan a las fuerzas ucranianas de disparar su artillería contra las zonas residenciales de la ciudad «para acelerar la confrontación armada».