Izagirre ha ofrecido una rueda de prensa en el Ayuntamiento para dar cuenta de la respuesta de la mesa de crisis municipal ante las fuertes lluvias registradas entre los pasados 25 y 27 de febrero, que provocaron el desbordamiento del Urumea, cuya crecida anegó viviendas, locales, garajes, comercios y empresas de Martutene y Txomin-Enea.

En su comparecencia, el alcalde ha estado acompañado por distintos miembros de esta mesa de crisis, entre los que se encontraban representantes de Protección Civil, los bomberos, la Cruz Roja y DYA, además de un portavoz de los vecinos afectados.

Izagirre ha explicado que aún no existe una estimación oficial de daños, si bien ha opinado que estos serán menores a los ocurridos en 2011, ya que en aquella ocasión las aguas del Urumea alcanzaron los 5,5 metros en algunos puntos del cauce, mientras que el punto máximo al que han llegado en esta última ocasión ha sido de 4,9 metros.

Ha recordado que la crecida de 2011 fue más duradera que la de la semana pasada, lo que le lleva a pensar que los desperfectos serán menores que en aquella oportunidad.

Izagirre se ha mostrado asimismo confiado en que el plazo de 30 meses anunciados por el Gobierno de Lakua para la finalización de las obras para mejorar la situación del Urumea «se cumpla».

«Sabemos que pedir 30 meses a cualquiera que teme que se vuelva a inundar su local, su garaje o su vivienda es mucho pedir, pero que –los vecinos– sepan que durante estos 30 meses estaremos con ellos y que ante cualquier posible emergencia que vuelva a suceder volveremos a actuar como se ha hecho ahora», ha dicho Izagirre.

Amplio despliegue

El primer edil ha ofrecido también distintos datos sobre el operativo desplegado para dar respuesta a las inundaciones, en el que, según ha dicho, participaron unas 350 personas, de las que 338 lo hicieron «sobre el terreno», entre trabajadores municipales, bomberos, Cruz Roja, DYA, y la contrata de limpiezas del Ayuntamiento.

Ha agradecido asimismo el apoyo prestado por la Diputación de Gipuzkoa, que colaboró con un grupo electrógeno y siete bombas de achique.

Durante los días que ha durado esta contingencia, un total de 200 afectados fueron trasladados de zonas inundadas a lugares secos, mientras que otras tres fueron rescatadas por «necesidades médica o de pánico».

El alcalde ha revelado también que los bomberos permanecieron en el lugar de los hechos durante 76 horas de forma continuada y que, entre otras labores, realizaron una docena de grandes achiques, además de otras muchas intervenciones de este tipo en pequeños bajos.

Izagirre ha agradecido a los vecinos su comportamiento «ejemplar» durante esta situación que, según ha dicho, ha supuesto «momentos muy duros» para Donostia, al tiempo que ha anunciado que, a tenor de las previsiones meteorológicas, no está previsto ningún tipo de alerta en los próximos días, a pesar de que sigue lloviendo en la capital guipuzcoana.