Ramón SOLA
IRUÑEA

Culpables, responsables e inocentes

Ramón Sola
Ramón Sola

El caso Osasuna puede acabar batiendo un récord, y no precisamente deportivo: pocas veces tan pocos hicieron tanto daño a tantos (solo es fútbol, cierto, o sea lo más importante de las cosas no importantes en esta sociedad moderna). Por eso es una buena noticia que desde el principio se vayan determinando las responsabilidades, los culpables del estropicio, y paguen por ello (aunque ya sepamos lo anchas y llenas de agujeros que son las redes legales cuando de delitos económicos se trata).

El hilo de los culpables debe llevar a otra madeja: la de los responsables. Porque la traca final de los aparentes delitos (incluido quizás el amaño de partidos) solo se explica a partir de una deuda desorbitada, que creció y creció con la tolerancia absoluta de los gobiernos de UPN. Toda la deriva empieza a tener la pinta de esos niños que tratan de tapar una mentira con otra, y esta con una tercera, y así hasta el fin. Se entiende ahora mejor el derrumbe de Archanco la tarde del descenso; no se perdía una partida, se hundía el castillo de naipes.

La historia tiene pues algunos culpables, bastantes responsables (o mejor dicho, irresponsables) y dejará seguramente, basta oír a Tebas, muchos miles de paganos inocentes. Porque, ¿en nombre de qué hicieron todo eso, quizás hasta trampear partidos? No fue desde luego en el de un club que era ejemplo de humildad y honradez, ni de una afición para la que bajar a Segunda no suponía ningún drama. Solo en el suyo propio, pero...