Naiz
Colonia

Lufthansa defiende su proceso de selección y asegura que el copiloto «era apto al cien por cien»

El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, ha asegurado este jueves que el copiloto del avión de Germanwings estrellado en los Alpes franceses era «cien por cien apto» para trabajar y su actitud «impecable». «Ni en nuestras peores pesadillas podíamos imaginar algo así», ha lamentado.

El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr. (Roberto PFEIL / AFP)
El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr. (Roberto PFEIL / AFP)

«Da igual cuántas medidas de seguridad se tienen en una empresa. Un caso individual cómo éste nunca se puede excluir del todo», ha añadido Spohr respecto a la actuación de Andreas Lubitz, quien según el fiscal encargado del caso estrelló el avión de manera intencionada, provocando su muerte y la de todo el pasaje.

El responsable de Lufthansa, que no ha querido «especular» sobre las motivaciones de Lubitz, ha defendido los protocolos de selección de personal de la compañía matriz y de su filial, Germanwings, un sistema que incluye evaluaciones técnicas, médicas y psicológicas.

Tanto el piloto como su compañero en cabina pasaron las pruebas y, en el caso de este último, comenzó su formación en 2008. Tras una interrupción en la formación por motivos que no ha revelado –no es «inusual», ha apuntado–, Lubitz volvió al proceso y avanzó hasta ascender a su actual estatus laboral en el año 2013.

Spohr ha explicado que Lufthansa realiza exámenes médicos a su personal una vez al año, pero que no obliga a ninguna prueba psicológica una vez concluida la fase de formación.

Bloqueo de puerta

A raíz los atentados del 11-S en Estados Unidos, la aviación civil introdujo un sistema de bloqueo de puertas para impedir el acceso de personas ajenas a la cabina y evitar posibles secuestros. Spohr ha explicado que estas puertas ni siquiera se pueden abrir disparando contra ellas con un arma de pequeño calibre.

En el caso del vuelo de Germanwings, antes del accidente el comandante de la aeronave había abandonado la cabina, probablemente para ir al baño. La aerolínea alemana establece como único límite a estas salidas que el avión se encuentre a una altitud superior a los 30.000 pies, algo que se cumplía en este caso.

Con el comandante fuera de la cabina, el copiloto se queda solo, ya que no existe ninguna obligación de que otro asistente de vuelo acceda para garantizar la presencia de al menos dos personas.

Si la persona que se encuentra en el interior, y que ve mediante una pantalla lo que ocurre fuera, no abre la puerta, toda la tripulación conoce un número de desbloqueo de la puerta, ha dicho Spohr. No obstante, la persona en cabina puede seguir bloqueando el acceso y anular la apertura otros cinco minutos.

El presidente de Lufthansa ha explicado que por el momento no saben si alguien llegó a introducir el código y si, desde el interior, el copiloto mantuvo bloqueada la puerta.