Ramón SOLA
iruñea

Araiz dibuja un cambio en positivo ante Esparza, enrocado en el miedo

A 72 horas de la campaña, un cara a cara de altura y sin concesiones puso sobre la mesa todos los elementos de la encrucijada actual en Nafarroa. Adolfo Araiz (EH Bildu) abanderó conceptos como cambio, pluralidad y decisión libre mientras Javier Esparza (UPN) se refugiaba en el discurso del miedo y el conflicto, aderezado con varias falsedades.

El resultado igualó y probablemente superó las expectativas. La campaña llega muy fuerte en Nafarroa con dos candidatos que definen más nítidamente que el resto el cruce de caminos: cambio o continuidad. Es probable que tanto Javier Esparza (UPN) como Adolfo Araiz (EH Bildu) salieran reforzados, porque el cara a cara fue intenso, completo y con miga, sin margen a concesiones pero tampoco a frivolidades. Por encima de ello, lo importante es que se pusieron sobre la mesa, en menos de una hora de careo solo interrumpido por un descanso para la publicidad, todas las cuestiones cruciales del herrialde: su estatus político, su desplome económico, su emergencia social, la cuestionada gestión reciente, la corrupción...

Uno de los momentos más intensos, y quizás el más significativo de toda la noche en Navarra Televisión, llegó cuando el debate alcanzó a Agoitz, la localidad de la que fue alcalde el ahora «presidenciable» de UPN. «Ustedes dejaron allí un pueblo arruinado», le recordó Araiz, hasta el punto de que ahora EH Bildu tiene mayoría absoluta y la lista de derecha ha renunciado a presentarse. «Por miedo al ridículo», indicó Araiz. «Por miedo a ustedes», intentó alegar Esparza, acorralado en este trance, y en todo el resto de momentos en que el debate se centró en la gestión de UPN.

Hasta CAN y Osasuna le sobraron a Araiz

Como estaba anunciado dado el desastre de esta última legislatura, Araiz tomó clara iniciativa a Esparza en el capítulo de ‘‘Transparencia y gestión’’. Lo más curioso fue que ni siquiera necesitó recurrir a los dos casos más sangrantes: CAN y Osasuna, de los que dijo que requerirían un programa entero. Para subrayar el «despilfarro» y «clientelismo» del Gobierno, citó los «peajes a la sombra» que han «hipotecado» el presupuesto navarro; el circuito de Los Arcos, «rayano en la corrupción»; el Navarra Arena, «monumento al despilfarro»; y también el TAV, el Centro Agroalimentario de Tutera, el proyecto de Museo de los Sanfermines...

Esparza se había puesto la zancadilla a sí mismo abriendo este bloque con una afirmación que daba pie a reír... o llorar: «Tenemos derecho a sentirnos orgullosos de la Navarra que hemos construido. Estamos a la cabeza de Europa». Dijo que «tenemos la mayor esperanza de vida, nos supera Japón creo que es». Araiz no ocultó su estupor por lo que estaba oyendo y replicó: «Si ese es su balance, o están en una burbuja de cristal o se creen que Navarra es tonta».

Mientras el aspirante de EH Bildu planteaba «una auditoría social, sobre todo para que esto no vuelva a ocurrir», Esparza intentaba sostener que en el futuro todo puede cambiar todavía y que quizás «el Navarra Arena terminará siendo como Baluarte», la elitista dotación cultural del centro de Iruñea.

El aspirante a suceder a Barcina dispone de un ramillete de promesas electorales que vende como titulares impactantes. Reiteró así que puede bajar el paro por debajo del 10% y reducir las listas de espera de 84 a 70 días. Araiz obvió preguntarle por qué no lo han hecho hasta ahora y prefirió exponer sus prioridades, más ambiciosas: «Actuación de urgencia frente a la exclusión social, levantar las alfombras, cambiar todo el rumbo de la política social en seis meses y actuar con transparencia». Para el aspirante a presidente de EH Bildu, «ustedes pretenden que Navarra se resigne y baje los brazos. Pues no, nosotros vamos a defender el comunal del siglo XXI, vamos a defender lo público», aseguró.

Esparza opta por el tremendismo

No era ninguna sorpresa que Esparza iba a preferir hablar del conflicto y de ETA que de preocupaciones sociales futuras y gestión. De hecho, había aceptado el debate, propuesto por Araiz, asegurando que le quería «decir cuatro cosas a la cara». En realidad fue solo una, la habitual: que pida perdón a las víctimas de ETA. Empezó y acabó con eso. Entre medio recurrió a un tono tremendista, sobre todo cuando comparó lo ocurrido en Nafarroa con la película de un pueblo en el que los vecinos eran metidos en una iglesia y «quemados vivos». «Si a mí me hubieran puesto una bomba-lapa, usted eso lo hubiera justificado», espetó además al abogado tafallés.

Araiz no le perdió la cara al reto. Recordó la apuesta de EH Bildu, su compromiso de rechazo de toda la violencia y añadió que «siento el drama» de estas décadas: «Hemos hecho autocrítica porque tuvimos insensibilidad, no tuvimos el respeto que merecían con algunas víctimas». Dicho esto, le recordó que UPN sigue oponiéndose a reconocer otras muertes desde 1936 hasta aquí. Y como colofón le tendió la mano para «cerrar la herida que han dejado todas las violencias. Ahí nos tenemos que encontrar». Esparza no respondió, pero terminó reconociendo que «ETA ya no mata».

Decidir en consulta o cada cuatro años

Saltaron chispas también en el debate sobre el estatus, el último bloque. Araiz valoró así estos 35 años: «Ustedes nunca han querido someter esto a votación. Y el que no estaba de acuerdo con su Navarra foral y española ha sido marginado». Esparza respondió en tono costumbrista, asegurando que en su Nafarroa «caben la jota y el zortziko». «Tópicos», replicó Araiz, que insistió en que hay que dejar a la ciudadanía de una vez decidir qué quiere ser. Y no «como hace cuatro años», parapeto tras el que se refugió Esparza, sino en consulta directa.

Llegados a este punto, el sucesor de Yolanda Barcina volvió a intentar criminalizar a los partidarios del cambio: «Vienen con la piel de cordero, pero son lobos». Intentó ridiculizar además la apuesta de Araiz por la «articulación» con otros territorios vascos: «¿Llevan 50 años asesinando y ahora le llaman así, articulación? Lo que me faltaba...»

Las falsedades delatan al candidato de UPN

Dentro del buen tono general de este insólito debate, desmerecieron las falsedades en que incurrió Esparza varias veces. Araiz desmintió alusiones inciertas al programa de EH Bildu: «No sé de dónde ha sacado ese programa, se lo mandaré por correo electrónico». El candidato de UPN también insistió en decir que no presentan algunas listas por miedo. Su tono se crispó por momentos ante un Araiz sereno y tajante.