«El debate de anoche con la canciller Angela Merkel y el presidente Francois Hollande fue muy constructivo, muy bueno y en una atmósfera cordial», ha dicho Tsipras, según un comunicado difundido en Atenas, a su llegada este viernes al Consejo Europeo que se celebra desde ayer en Riga.
El primer ministro ha añadido que espera que «pronto» pueda haber un acuerdo «a largo plazo», que sea «estable» y ofrezca una «solución sostenible sin los errores del pasado».
«Soy optimista de que Grecia pueda volver al crecimiento con cohesión», añadió.
Previamente, el portavoz del Gobierno, Gavriil Sakelaridis, quien le acompaña en su viaje a Letonia, ha afirmado en declaraciones a la televisión Skai, que confía en que este acuerdo pueda sellarse en los próximos diez días.
Según Sakelaridis, «están dadas todas las condiciones» para que así sea.
El portavoz ha adelantado que el acuerdo abarcará «todas las cuestiones», incluidos los temas espinosos de las pensiones y el mercado laboral, pero ha reiterado que el Gobierno no tiene previsto cruzar sus líneas rojas en esta cuestión.
No obstante, Sakelaridis ha reconocido que todavía existen algunos obstáculos que superar, entre los que citó la reforma del régimen del impuesto sobre el valor añadido.
El portavoz ha dicho que Atenas no puede aceptar un régimen que intensifique una austeridad socialmente injusta.
Puso como ejemplo de ello la propuesta de los socios de gravar la factura de la luz con un tipo de IVA del 22%.
Las instituciones (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional, también conocidas como la troika) proponen dos tipos del IVA, uno del 11% y otro del 22%, mientras que la última propuesta de Atenas prevé tres tasas, del 7%, el 11% y el 22%.