Rarmiro González ha sido designado diputado general de Araba en segunda vuelta, con el apoyo de los trece junteros de su partido y los cinco del PSE, en virtud del pacto que han alcanzado para formar un Ejecutivo de coalición. E PP, EH Bildu, Podemos y Ciudadanos han votado en blanco, e Irabazi ha votado a su propio candidato.

La suma de escaños del PNV y el PSE en las Juntas –18 sobre un total de 51– no es suficiente para garantizar la mayoría en el Parlamento foral, por lo que el gabinete de Ramiro González deberá ampliar los acuerdos a otras formaciones para poder aprobar sus principales proyectos.

El nuevo diputado general ha reconocido que esta situación de minoría le obligará a «una continua búsqueda de acuerdos» con otros partidos. De todas formas, ha recordado que el PP gobernó la Diputación en la pasada legislatura con el único apoyo «expreso» de sus 16 junteros.

El dirigente jeltzale ha agradecido el tono «tranquilo» con el que se ha desarrollado el pleno, y ha confiado en que esta tendencia se mantenga durante la legislatura. Con ese objetivo, se ha mostrado dispuesto a buscar «puntos de encuentro» con el resto de formaciones. Asimismo, ha anunciado que los miembros de su gobierno realizarán una declaración de bienes en las próximas semanas.

Ha explicado que los principales retos a los que se enfrentará son la recuperación de la economía y la generación de empleo, el «restablecimiento» de la calidad de los servicios públicos y sociales, y la búsqueda del «equilibrio territorial». En materia fiscal, se ha marcado el objetivo de reforzar la lucha contra el fraude tributario, con el objetivo de que «cada alavés contribuya en función de sus ingresos».

Desde el PSE, Cristina González ha explicado que el apoyo de su grupo al PNV en Araba responde a un ejercicio de «generosidad» para colaborar en la búsqueda de estabilidad institucional y para ayudar a la recuperación económica.

Por parte de EH Bildu, Kike Fernández de Pinedo ha subrayado de que la decisión de su grupo de no obstaculizar la investidura de González no es un «cheque en blanco» al PNV, al que ha advertido de que tendrá que optar entre buscar apoyos en «el PP de Maroto y Bárcenas», o acercarse a quienes defienden la «diversidad y la solidaridad».