El infortunio que ha acompañado a Bassett en la última jugada del partido ha evitado una prórroga que los 31.467 aficionados congregados en el Estadio Commonwealth de Edmonton ya habían asumido, después de 90 minutos en los que las japonesas se han visto maniatadas por el derroche físico de sus adversarias, primerizas en semifinales.

Las dirigidas del galés Mark Sampson han sido sin duda la sorpresa positiva de la competición y se han colado entre las cuatro mejores junto a tres superpotencias como EEUU, Japón y Alemania, que acumulan cinco de los seis mundiales y repetirán en está séptima edició. n

Una equivocada decisión arbitral ha inclinado el duelo a favor de Japón. La neozelandesa Anna-Marie Keighley ha castigado con penalti una infracción de Claire Rafferty en el borde exterior del área. Difícil de apreciar por la velocidad de la jugada. Aya Miyama ha aprovechado esta concesión y en el minuto 33 la vigente campeona ha tomado el mando.

Siete minutos ha tardado la colegiada en deshacer el entuerto con el clásico método de pitar otra pena máxima en el área contraria. Una falta inexistente de Yuki Ogimi sobre Steph Houghton, que se ha dejado caer al verde como si se tratara de una piscina climatizada, ha permitido a Fara Williams perforar la meta rival con un potente disparo raso desde los once metros.

En la segunda mitad las mejores ocasiones han sido de las lionesses se han topado bien con el larguero, bien con la portera Ayumi Kaihori. Hasta que ya cumplido el tiempo reglamentario Bassettha tratado de cortar un centro y ha ejecutado una vaselina perfecta sobre su propia portera, llevando la desolación a las filas inglesas. El domingo en Vancouver Japón y Estados Unidos volverán a pelear por el cetro mundial.