El conflicto laboral comenzó en mayo de 2012, cuando la dirección presentó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción para 352 trabajadores. El TSJPV declaró nulo el despido de 174 trabajadores en octubre de ese año argumentando que se había vulnerado la libertad sindical y el derecho a la huelga.
En abril de este año, Celsa Atlantic presentó un ERE de suspensión y extinción que afectaba a 79 trabajadores de sus plantas de Gasteiz y Urbina (Araba), contra el que recurrió el comité de empresa, cuyo juicio tuvo lugar el pasado viernes.
Los sindicatos ELA, LAB y ESK, en representación de sus respectivas secciones sindicales en Celsa Atlantic, han subrayado que la sentencia del TSJPV «vuelve a dar la razón a los trabajadores despedidos», afirmando que la decisión de la dirección era «una venganza».
Las centrales vuelven a «tender la mano» para que a través de un «acuerdo negociado, podamos zanjar de manera definitiva este conflicto y hacer que las plantas de Alava sean productivas con un plan de viabilidad porque sus trabajadores lo merecen».