Ion SALGADO
GASTEIZ

Sortu confirma la cita de París y Etxerat espera que le sigan hechos

La formación abertzale confirmó ayer la celebración de una reunión entre miembros de colectivos en defensa de los derechos de los presos y presas vascas y Alain Chrisnacht, jefe de Gabinete de la ministra de Justicia francesa, Christiane Taubira. El Gobierno español, por su parte, volvió a rechazar cualquier cambio en política penitenciaria.

Sortu confirmó ayer la celebración de una reunión entre Alain Christnacht, jefe de Gabinete de la ministra de Justicia francesa, Christiane Taubira, y representantes de colectivos en defensa de los derechos de los presos y presas vascas. La cita, que tuvo lugar el pasado 8 de julio en el Ministerio de Justicia, se concertó tras la Conferencia Humanitaria por la Paz, que se llevó a cabo el 11 de junio en París.

Según informó la formación abertzale en un escueto comunicado, el encuentro trató «principalmente» sobre el futuro de los represaliados encarcelados en el Estado francés. Un tema que también abordaron este miércoles Taubira y su homologo español, Rafael Catalá, al menos ante los micrófonos de los medios de comunicación que cubrieron la entrega de la Legón de Honor al ministro hispano.

A este respecto, la titular de Justicia señaló que el Gabinete de François Hollande atiende las peticiones individuales de los presos, e indicó que las demandas de los prisioneros se examinan según criterios ligados a la duración de la pena o a las «condiciones de seguridad» de las cárceles, y que, «de manera general, deben estar vinculadas a la cuestión del acercamiento familiar y la reinserción».

Por su parte, Catalá incidió ayer en que la política penitenciaria francesa «no se ha movido ni un ápice». «Una cosa es lo que las asociaciones les puedan plantear, y otra la política penitenciaria de Francia, que está coordinada con España», señaló tras asumir que la legislación francesa «permite atender peticiones individuales de presos si se cumplen una serie de condiciones, pero en ningún caso en términos colectivos». También lo permite la legislación española, aunque tanto los tribunales como el Gobierno de Mariano Rajoy las rechazan de forma colectiva, como ha quedado constatado en los últimos meses.

Los últimos movimientos

En una nota de prensa, Etxerat saludó ayer las declaraciones de Taubira, aunque recordó que «por el momento no son más que palabras y que ese paso importante deberá verse acompañado mediante acciones», en alusión a la repatriación de los presos vascos.

La asociación de familiares y amigos de los represaliados afirmó que no ha habido ningún acercamiento «sistemático o puntual de presos políticos vascos a las cárcel más cercanas a Euskal Herria», tal como sugirió la ministra, que indicó que, actualmente, hay seis presos vascos en la cárcel de Mont-de-Marsan, situada a un centenar de kilómetros de Baiona.

«Los últimos movimientos registrados responden a lo que la política de dispersión nos tiene acostumbrados –acercamientos y alejamientos–, por lo tanto, no ha habido ningún movimiento ni ahora ni en los últimos meses que avale la intención sugerida por Christiane Taubira», detalló.

Además, Etxerat subrayó que solo hay dos presos en el citado penal: Rubén Rivero y Xabier Aranburu, que fue trasladado allí el pasado 20 de agosto. «La única cárcel que podría corresponderse a los datos del Ministerio de Justicia francés sería la de Lannemezan, pero en ese caso tampoco ha habido ningún movimiento que acredite un posible acercamiento».

También recordó que en las cárceles del Estado francés se vulneran los derechos de los presos y de sus familiares: «Entre los más crueles está la situación del preso gravemente enfermo Ibon Fernández Iradi, que padece esclerosis múltiple y al que le han negado hasta la fecha todas las demandas de excarcelación».

En la actualidad hay 91 presos vascos repartidos en 26 prisiones. Muchos de ellos se encuentra a más de 900 kilómetros de su domicilio familiar. Y diez de estos represaliados se encuentran en las cárceles de Clairvaux, Meaux, Liancourt y Bapaume, ubicadas a más de 1.000 kilómetros de distancia.