Ramon Sola
DONOSTIA

Euskal Memoria aborda la tragedia muchas veces desapercibida del exilio

El trabajo monográfico anual de Euskal Memoria está dedicada esta vez al exilio vasco, una cuestión de gran impacto pero muy poco estudiada y a menudo minusvalorada. Iñaki Egaña cifra en 170.000 los miembros de este «pueblo de migrantes» que han tenido que huir desde 1936 hasta la actualidad, sin interrupción.

Eugenio Etxebeste, Iñaki Egaña, Ikerne Letamendi y Mitxel Mendiboure. (Gorka RUBIO/ARGAZKI PRESS)
Eugenio Etxebeste, Iñaki Egaña, Ikerne Letamendi y Mitxel Mendiboure. (Gorka RUBIO/ARGAZKI PRESS)

Decenas de vascos y vascas que han padecido el exilio por razones políticas han participado en la presentación de ‘Iheslariak-El exilio vasco’, el último trabajo monográfico de la fundación Euskal Memoria, que incluye la descripción del fenómeno, su recorrido histórico, muchas historias relevantes, testimonios y un listado final de más de 2.000 exiliados por motivos políticos desde 1960 a la actualidad.

Firma la obra el historiador Iñaki Egaña, que ha definido a Euskal Herria como un «pueblo de migrantes» por razones económicas pero sobre todo políticas. En el análisis de este siglo pasado destaca por su volumen el exilio derivado de la guerra de 1936, si bien decenas de miles de personas volvieron en los años sucesivos. Pero por encima de ello destaca el hecho de que el exilio haya seguido después, con nuevas generaciones pero la misma «vieja ruta». Se calcula que entre 1939 y 1960 unas 12.000 personas abandonaron el país, y otras 3.000 en estos últimos 55 años. Se han contabilizado exiliados vascos en 60 países diferentes. Sin embargo, los números no reflejan la tragedia de cada caso. Euskal Memoria quiere poner nombre y cara a cada uno de ellos.

Eugenio Etxebeste, «Antton», ha subrayado que el término en euskara, «iheslariak», es el que mejor refleja la realidad de este grupo humano y el hecho de que «no ha sido una situación voluntaria, sino forzada». Considera que el exilio «equivale a la cárcel y la deportación, aunque no haya sido tenido en cuenta así». Y en la misma medida, apunta que genera «mártires» pero también «grandes logros».

En el acto han intervenido también el presidente de Anai Artea, Mitxel Mendiboure, que ha repasado la trayectoria de esta organización solidaria desde finales de los 60, así como Ikerne Letamendi, hija de represaliados franquistas, nacida ella misma en el exilio y hoy madre de exiliado; símbolo, por tanto, de un drama que no se ha interrumpido en todas estas décadas.