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Rosa Díez se da de baja de UPyD y Andrés Herzog pide la disolución del partido

La fundadora de UPyD Rosa Díez y su sustituto al frente del mismo, Andrés Herzog, han anunciado que se dan de baja en el partido y han pedido su disolución, mientras que el coordinador de la gestora y parlamentario en Gasteiz, Gorka Maneiro, opina que la formación será necesaria «mientras sus ideas lo sean».

Rosa Díez, en una intervención en el Congreso. (J. DANAE/ARGAZKI PRESS)
Rosa Díez, en una intervención en el Congreso. (J. DANAE/ARGAZKI PRESS)

Díez y Herzog han comunicado su decisión a través de las redes sociales y apuntan a la disolución de UPyD «para evitar que se entierre o pervierta» su legado y poder alumbrar en un futuro otro proyecto político.

A esta opinión se ha unido el que fuera portavoz adjunto en el Congreso durante la pasada legislatura y mano derecha de Díez, Carlos Martínez Gorriarán.

Herzog dimitió como portavoz de UPyD el pasado 16 de enero, y una gestora asumió la dirección del mismo. Unos días después, se apuntó a las listas del paro.

La gestora está coordinada por el portavoz adjunto de UPyD y único diputado en el Parlamento de Gasteiz, Gorka Maneiro, quien ha escrito en Twitter que sigue pensando que este partido «será necesario mientras sus ideas lo sean». «Y a día de hoy lo siguen siendo».

«Creo que el partido está y estará en muy buenas manos: la militancia de UPyD es extraordinaria. Mejor cambiar para mejorar que cerrar», ha manifestado Maneiro.

Rosa Díez ha trasladado la baja en su cuenta de Twitter en la que ha dejado escrito el siguiente mensaje: «Baja en @UPYD. Por respeto y por cariño. Un honor haber recorrido el camino junto a toda mi familia magenta».

Después, en Facebook ha argumentado su decisión y ha explicado que UPyD «nunca quiso ser un fin en sí mismo», sino que su «única razón de existir radicaba en ser un instrumento útil para los ciudadanos».

Según Díez, mientras tuvieron los instrumentos institucionales para generar los debates que precederían a los cambios fueron útiles para los ciudadanos, incluso sin mayorías electorales, pero los resultados electorales del 20D que les dejaron fuera del Congreso, sumado a su «escasa representación institucional» en los municipios, impiden que sigan cumpliendo ese objetivo.

Cree Díez que deben «asumir y respetar el veredicto de los ciudadanos» en las urnas y «actuar de forma consecuente» para preservar su proyecto y «todo lo bueno que contiene la trayectoria política de UPyD evitando una más que inexorable y dolorosa deriva».

Díez y Andrés Herzog apuntan que hubieran preferido que este debate sobre la disolución de UPyD se produjera en un congreso, algo que no ha sido posible.

«Por respeto a las personas y a nuestra historia común, no deseo librar ninguna batalla dentro de la maltrecha UPyD. Por eso, porque quiero ser coherente y hacer lo que me dicta mi conciencia, la única opción que me queda es darme de baja en nuestro partido», incide Díez, quien reconoce que se trata de una «dolorosa decisión» que toma «por cariño y por respeto» hacia su «familia magenta».

Herzog se queja de que la nueva dirección surgida desde su renuncia a la portavocía siga sin decidir nada, con «un extraño entusiasmo que contrasta con las continuas bajas» que se producen, «sin entender hacia dónde va el partido ni qué sentido tiene fingir» que UPyD está vivo «tras unos resultados electorales inapelables».

Reconoce que han perdido capacidad «de influir y de servir de catalizador para los cambios que España necesita», que no cuentan con recursos para mantener su actividad ordinaria y que no tienen «voz en la política nacional» después de las elecciones del 20D.

Asimismo, subraya que están fuera del debate político y que UPyD está «quemada, fruto de una calculada operación político-mediática»diseñada para sacarles del tablero político.

Rechaza que la gestora vote una nueva dirección «como si nada hubiera pasado» y considera que el «legado es indisoluble de las personas que lo defienden y que lo encarnan, muchas de las cuales siguen dándose de baja, agotadas por el esfuerzo o perplejas por los mensajes contradictorios que manda el actual órgano de dirección».

También a través de Facebook ha anunciado su baja Carlos Martínez Gorriarán, en cuya opinión «es una decisión sumamente triste», pero «necesaria» tras un «fallo electoral inapelable a lo largo de todo el año pasado».

Un partido político institucional «no tiene sentido como partido extraparlamentario, testimonial», resume Martínez Gorriarán.