Ramon Sola
DONOSTIA

Otegi alienta un «Estado digno» de «leyes justas, pueblo culto y un gobierno honrado»

Arnaldo Otegi ha llenado el cubo grande del Kursaal (casi 1.800 personas) en un Forum Gara que retomaba aquella conversación de 2009 tras la que fue encarcelado. Dos horas han dado para hablar en detalle de todo, pero se ha dirigido sobre todo el país para animarle a «construir, no reivindicar» un Estado «digno». Ve materia gris y experiencia suficiente.

«Este país ha andado con poco pulso, en tono muy bajo. Pero no os equivoquéis, nos hemos tomado un tiempo, hemos tenido problemas, pero volvemos». Con la ovación cerrada que ha seguido a estas palabras de Arnaldo Otegi se han cerrado dos horas de conversación multitudinaria en el Kursaal, organizada por GARA y retransmitida en directo por NAIZ. El líder independentista se ha dirigido a los abertzales de izquierdas y también a los estados y la comunidad internacional, pero sobre todo al conjunto del país, al que anima a ganarse un «Estado digno». «Ya no es hora de reivindicarlo, sino de construirlo», cree.

Para ello Otegi remarca que no bastan decisiones desde arriba, «de un Politburó», sino un proceso consensuado desde abajo, «horizontal», con la participación de miles y miles de personas, y por tanto sin las urgencias de los procesos electorales y las legislaturas. Pensando «en generaciones», como ha apuntado el director de GARA, Iñaki Soto, en la pregunta.

Otegi sostiene que «el independentismo necesita refundarse» y actuar «con ambición». Se declara seguro de que «somos capaces de levantar la bandera de un proyecto nacional en el que todos y todas vivamos mejor». Y constata que para ello «hay materia gris y experiencia histórica». «Un Estado vasco soberano será capaz de hacer confluir a la gran mayoría de este país, y estoy seguro de que lo vamos a conseguir antes de lo que piensan», ha vaticinado.

La entrevista ha sido realizada, además de por Soto y por Ion Telleria –que ha conducido todo el acto–, por dos generaciones de periodistas de GARA: Iñaki Iriondo, Mertxe Aizpurua, Iraia Oiarzabal y Beñat Zaldua. Pero también han intervenido colaboradores (Haritz Larrañaga, Itziar Ziga) y se han sumado preguntas desde el exterior formuladas en vídeo (los periodistas Iñaki Gabilondo, Mònica Terribas y Ane Irazabal, trabajadores de Arcelor y el futbolista David Zurutuza). Todo ello ha dado agilidad y variedad a la entrevista, con un nivel político muy superior al de los habituales electoralismos y partidismos.

En este esquema, Otegi ha aportado ideas de todo tipo, sobre cuestiones candentes como la pendiente resolución del conflicto (ha respondido a Gabilondo que no cree que el Estado esté interesado siquiera en el desarme y la disolución de ETA), los presos («hoy son más rehenes que nunca y tenemos que convertirlos en activos») o la autocrítica del pasado («nuestro único juez es nuestro pueblo»). Igualmente sobre los riesgos de equivocar la lucha institucional («los cambios hay que hacerlos desde abajo, no desde el Boletín Oficial»), sobre el capitalismo («es un sistema sin corazón»), el feminismo («a los hombres nos hace mejores renunciar a privilegios») o los refugiados («tienen el mismo derecho a una vida digna que nosotros y hay que combatir con fuerza a quien diga lo contrario»). Ha hablado de la fraternidad universal, de los sinsabores de la cárcel pero también de la felicidad de la lucha, ha citado desde al Che Guevara a Roosevelt pasando por Cicerón o José Mujica... y sin olvidar unos cuantos toques de humor para un auditorio repleto que no ha perdido atención un segundo.

GARA ofrecerá mañana un amplio resumen de estas dos horas de entrevista pública.