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Zaragoza

Los «8 de Yesa» niegan haber golpeado a los guardias y dicen que solo trataron de parar sus golpes

Las ocho personas juzgadas por agredir a la Guardia Civil en una protesta contra el recrecimiento del pantano de Yesa en 2012 han dicho que no agredieron a los agentes y que lo que intentaron fue evitar ser golpeados cuando estos cargaron.

Los acusados, en el juzgado de Zaragoza. (@arainfonoticias)
Los acusados, en el juzgado de Zaragoza. (@arainfonoticias)

En el juicio, que ha comenzado este lunes en el Juzgado de lo Penal número 1 de Zaragoza, los ocho han coincidido en señalar que no fueron avisados por la Guardia Civil de que iban a actuar para despejar la carretera en la que estaban concentrados y que ante la carga de los agentes se defendieron «por instinto» para «parar los golpes».

Los acusados han destacado ue era una protesta pacífica, que no esperaban la carga policial y que no agredieron a los agentes de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS).

El ministerio fiscal pide a los acusados entre dos y más de seis años de cárcel (más de 36 años en total) y más de 22.000 euros en indemnizaciones por los delitos de atentado contra la autoridad, lesiones y desorden público.

La acusación ha insistido en que el mando del destacamento que se desplegó en la zona avisó por megafonía hasta en tres ocasiones para que desalojaran la carretera, ha asegurado que se golpeó a los agentes y que a uno de ellos se le intentó quitar el fusil que portaba.

Los ocho acusados han negado reiteradamente que golpearan a los agentes, han insistido en que cuando se acercaba el destacamento pensaban que, como otras veces, hablarían con los concentrados y no pasaría nada más, y que desconocían quién había convocado la protesta contra las expropiaciones de tierras.

«Nunca ha habido un ápice de violencia»

El último en prestar testimonio ha sido Miguel Ángel Palacín, propietario de fincas expropiadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), quien ha dicho que no ponía en duda que hubiera habido avisos de la Guardia Civil, «pero que no lo oí, también es cierto».

Ha añadido que había mucha «bulla», muchos «gritos» y «mucho escándalo» y que cayó al suelo con la carga policial sin que pudiera ver si golpearon al agente que perdió el escudo, su casco y su cartuchera, que reclamaron los agentes tras terminar el incidente.

Palacín ha relatado que tenía buena relación con la Guardia Civil, ya que ha sido juez de paz de Artieda, y que en la carga los agentes empujaban y pinchaban con las porras, que sacaban por entre los escudos, a los que estaban concentrados.

«Caí al suelo y no vi nada más», ha terminado su declaración, en la que ha remarcado que «nunca ha habido un ápice de violencia» contra las máquinas y los trabajadores de las obras del embalse de Yesa, una obra a la que se oponen grupos políticos y vecinos de los pueblos afectados.

En la sesión ha declarado como testigo la médico que asistió a un agente al que atendió de una contractura cervical y dolor en un hombro y en una rodilla, en la que posteriormente un traumatólogo diagnosticó una rotura parcial de ligamento cruzado anterior.

La primera sesión de este juicio ha terminado con las declaraciones de los técnicos que han realizado los vídeos que la defensa ha aportado de los hechos a la causa y que se han visionado en la sala.

Sigue el 1 de junio

El próximo 1 de junio la vista del juicio continuará con la declaración de los otros testigos y los quince agentes de la Guardia Civil que denuncian haber sufrido golpes en los incidentes.

Las defensas de los acusados piden la libre absolución, defienden que los manifestantes ejercían su derecho constitucional a la concentración y acusan a los agentes de agredir «sin amparo legal» a los manifestantes.

Los hechos ocurrieron la mañana del 10 de octubre de 2012 en el pueblo de Artieda (Zaragoza), en el kilómetro 1,6 de la carretera A-1601, cuando más de un centenar de personas se concentraban contra las expropiaciones para el proyecto de recrecimiento del embalse de Yesa.