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FILADELFIA

Imagen de unión en torno a Hillary Clinton en la Convención Demócrata

La Convención del Partido Demócrata ha arrancado en Filadelfia con un mensaje de unión en torno a Hillary Clinton, que será oficialmente proclamada candidata a la Casa Blanca el próximo jueves.

La Convención Demócrata se desarrolla an el stado en las calles de Filadelfia y, dentro de la convención, que se celebra en el pabellón deportivo Wells Fargo de Filadelfia. (Jim WATSON/AFP)
La Convención Demócrata se desarrolla an el stado en las calles de Filadelfia y, dentro de la convención, que se celebra en el pabellón deportivo Wells Fargo de Filadelfia. (Jim WATSON/AFP)

La Convención Demócrata se ha inaugurado en Filadelfia en medio de la polémica por la filtración de unos correos del Comité Nacional Demócrata (DNC) que han revelado estrategias del partido para debilitar la campaña de Bernie Sanders en favor de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, volviendo a mostrar las divisiones internas que ya se vieron durante el largo proceso de primarias.

Tanto Bernie Sanders como la primera dama, Michelle Obama, estrellas indiscutibles del primer día de la Convención, han salido al escenario con un mensaje muy claro: los estadounidenses no pueden permitir que Donald Trump gane las elecciones presidenciales de noviembre y, para lograrlo, los demócratas deben estar unidos en el apoyo a Clinton.

«Necesitamos un liderazgo que nos una y nos haga más fuertes, no un liderazgo que insulta a los latinos, a los mexicanos, a los musulmanes, a las mujeres, a los afroamericanos, a los veteranos y enfermos para dividirnos. Por eso, Clinton debe ser la presidenta de EEUU», ha destacado Sanders en su intervención.

«Estas elecciones se tratan y deben tratarse de las necesidades de los estadounidenses y del futuro que creamos para nuestros hijos y nuestros nietos», ha subrayado el senador, al que votaron 13 millones de personas en el proceso de primarias y que fue interrumpido sin cesar por los aplausos de sus seguidores.

Tras más de dos minutos de ovaciones al inicio de su discurso, Sanders ha reconocido que entiende la decepción de los delegados que le brindaron su apoyo pero ha insistido en que Clinton «debe ser la presidenta de Estados Unidos».

Muy parecido argumento ha empleado Michelle Obama en su emotivo discurso, en el que ha dicho que en noviembre está en juego decidir «quién tendrá el poder para dar forma» a las vidas de todos los niños estadounidenses.

Otro de los discursos más esperados de la noche era el de la senadora Elizabeth Warren, símbolo del ala más progresista de los demócratas, aunque finalmente su intervención no ha sido tan aclamada como las de Sanders y la primera dama.

Warren ha advertido a Trump de que «este noviembre los estadounidenses irán tras él» para dejarle claro que un «hombre así no puede ser nunca presidente de Estados Unidos».

Otras voces progresistas y de los principales sindicatos del país también han intervenido en la primera jornada de la Convención, al igual que la mexicana Astrid Silva, indocumentada que llegó a EEUU en una balsa de neumáticos y conocida activista en favor de los inmigrantes, y celebridades como Demi Lovato o Eva Longoria.

El escándalo por la filtración de los correos, realizada por WikiLeaks, también ha empañado las horas previas al inicio de la convención, especialmente tras conocerse la renuncia de la presidenta del DNC, Debbie Wasserman Schultz.

Sanders exigió el domingo la renuncia de Wasserman Schultz, quien horas después anunció que dejará el cargo cuando concluya la convención y también renunció a la tarea de inaugurar el cónclave, un rol que normalmente asume el líder de turno del DNC.

El lugar de la congresista por Florida en la apertura de la convención lo ha ocupado la secretaria del DNC, Stephanie Rawlings-Blake (alcaldesa de Baltimore), quien casi se olvida de dar el famoso martillazo de inauguración.

Durante toda la jornada, seguidores de Sanders han protestado en las calles de Filadelfia y, dentro de la convención, que se celebra en el pabellón deportivo Wells Fargo, muchos gritaban y abucheaban cada vez que se pronunciaba el nombre de Clinton.

Mientras, los delegados han aprobado la plataforma del partido, el programa político a seguir durante los próximos cuatro años y que, gracias al empuje de Sanders, se ha convertido en la más progresista de su historia.