La presidenta del Parlamento, Ainhoa Aznárez; el consejero de Educación, Jose Luis Mendoza; o el alcalde de Iruñea, Joseba Asiron, entre otros, han asistido al acto, desarrollado en el solar de la antigua cárcel de la capital.

Una gran bandera republicana ha presidido el homenaje, junto con las siluetas de los 53 presos republicanos que, el 23 de agosto de 1936, fueron conducidos directamente desde la cárcel de Iruñea, tras concederles la libertad, a Valcaldera, donde fueron ejecutados todos menos uno, que logró escapar de la muerte.

Las siluetas, a las que se ha ido identificando una a una, con nombres y apellidos, mediante unos carteles que se han ido colocando sobre ellas, estaban atadas de dos en dos por los brazos con cuerdas, como relató el único superviviente, Honorino Arteta.

«La familia nos dijo que él siempre había sufrido el síndrome del superviviente, se había sentido culpable de haberse librado y los otros 52 no», ha explicado a los periodistas Jokin de Carlos, de la junta directiva de AFFNA-36, que ha destacado que todos los restos están aún en paradero desconocido.

Según la Asociación de Fusilados de Navarra, se sabe que la fosa de Valcaldera «fue exhumada con nocturnidad y alevosía y por supuesto sin avisar a las familias»y los restos fueron trasladados en secreto al Valle de los Caídos y luego de nuevo traídos a Nafarroa. «No se puede entender que después de 80 años estén desaparecidos. Mayor crueldad no se puede cometer».

El acto ha reunido a más de doscientas personas, que han seguido con emoción la intervención de familiares, como Ana Aranguren Urla, nieta de Amadeo Urla Aramburu, fusilado en Valcaldera y uno de los siete concejales republicanos del Ayuntamiento de Iruñea que fueron asesinados en 1936.

Aranguren, quien ha viajado desde Estados Unidos, donde reside, ha reconocido que es «muy emocionante» para ella estar en este homenaje. «Quiere decir que se está reconociendo algo muy serio que pasó y que tuvimos que tragarlo durante muchísimos años. Estoy pensando en mi madre, ella es la que sufrió más que nadie».