La Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria, de la que forman parte dichos sindicatos, ha convocado el sábado en Bilbo una manifestación, que partirá a las 17.30 del Sagrado Corazón, en rechazo a los recortes de la RGI y la criminalización de los perceptores de esta ayuda social.

En conferencia de prensa en Bilbo, representantes de los sindicatos integrados en la Carta Social han hecho una llamada a la participación.

Hasta la fecha, según han indicado, más de cien organizaciones sindicales y sociales han mostrado su adhesión a la iniciativa, por lo que los convocantes esperan una manifestación «masiva».

Ainhoa Etxaide, secretaria general de LAB, ha denunciado que, según estadísticas oficiales, ha aumentado el riesgo de la pobreza, lo que ha achacado a las políticas que practica el Gobierno de Iñigo Urkullu.

Ha señalado que la RGI fue una «conquista» de las organizaciones sociales y sindicales y ha lamentado que ahora se haya «impuesto la tesis de la patronal», entre cuyos intereses «no están las prestaciones y los servicios públicos».

«Es mentira que los perceptores de la RGI sean una cuadrilla de vagos y maleantes», ha asegurado la dirigente de LAB, quien ha afirmado que bajar esta ayuda social «no va a traer nada beneficioso».

Por su parte, el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, ha responsabilizado a PNV, PSE y PP de la práctica de políticas que aumentan las desigualdades sociales.

Según ha indicado, el PSE cuando estuvo en el Gobierno de Lakua recortó la RGI y el PNV al acceder al Ejecutivo «no cambió nada» y ahora plantean subir la prestación «un 1%» cuando «tienen la opción» de hacerlo un 8%, en sintonía con el incremento establecido para el Salario Mínimo Interprofesional.

El dirigente de ELA, que ha acusado al PP de ser el que «más ha criminalizado» la RGI, se ha confesado «preocupado» por el «germen xenófobo que se está instalando» en la sociedad.

El responsable sindical ha advertido del discurso «peligroso» que defiende que «si se suben las prestaciones sociales la gente no va a aceptar un trabajo».

A su juicio, tras esa explicación está la opción de reducir las estadísticas de desempleo a costa de reducir las prestaciones sociales con el fin de «obligar a la gente a aceptar condiciones miserables» de trabajo.

Ante ello, ha llamado a hacer un «esfuerzo» para acudir a la manifestación del sábado a aquellas personas que están convencidas de que no debe haber «un enfrentamiento entre pobres, de pobres contra pobres, de quien tiene empleo contra quien percibe una prestación social».

Según ha considerado, es «inaceptable el chantaje que el poder económico, cada vez más beneficiado de la crisis, está planteando a la sociedad».