Ramon Sola

Olano presenta la incineradora como una exigencia de la sociedad guipuzcoana

«Un gran día, un día muy bonito» ha sido el calificativo que el diputado general, Markel Olano, ha empleado en el acto oficial de puesta en marcha de las obras de la incineradora de Zubieta. No ha habido primera piedra porque ya se colocó en 2011. El responsable de Urbaser, que lidera la UTE, ha prometido garantías extras en el tratamiento de gases.

Markel Olano, José Ignacio Asensio y Carlos Abilio, de Urbaser, a su llegada a los terrenos de la incineradora. (Ramón SOLA)
Markel Olano, José Ignacio Asensio y Carlos Abilio, de Urbaser, a su llegada a los terrenos de la incineradora. (Ramón SOLA)

Con una concentración de protesta a más de un kilómetro, en Merkabugati, y ertzainas en las colinas cercanas para evitar que algún opositor llegara a la zona, el reinicio de las obras de la incineradora de Zubieta se ha oficializado este mediodía con un acto institucional protagonizado por el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano; el de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio; y el representante de Urbaser Carlos Abilio.

La satisfacción de Olano y Asensio ha sido muy evidente. Obviando la amplia discrepancia social con este macroproyecto, el máximo mandatario de Gipuzkoa ha dicho que la sociedad guipuzcoana trasladó en las urnas en mayo de 2015 una exigencia «doble»: «Que resolviéramos la cuestión de los residuos y que lo hiciéramos con los máximos requisitos medioambientales. Hemos cumplido la palabra».

Antes de ponerse los petos y los cascos y visitar el área, donde solo una excavadora movía tierra de manera testimonial, el diputado Asensio ha asegurado que con este reinicio de las obras «se acaba la incertidumbre» con los residuos, que se crearán 180 empleos y que se podrá servir energía a 45.000 hogares. «Ha llegado el día, empieza la cuenta atrás», ha dicho dando también un carácter muy relevante a la jornada.

El tercer interviniente ha sido Carlos Abilio, de Urbaser, que se ha encargado de las explicaciones técnicas sobre la planta. Quizás el único mensaje, e indirecto, para la amplia oposición social al proyecto ha sido afirmar que la UTE concesionaria ha adoptado garantías medioambientales (sobre todo en el control de los gases que se emitirán) muy superiores tanto a la legislación europea como a los extras reclamados en el pliego de licitación. Por ejemplo, dice que en los 32 años de concesión (hasta mitades de siglo) la planta de Zubieta emitirá tanto óxido de azufre como el que despide cualquier otra similar en solo tres años.

Aunque la imagen en Zubieta no era precisamente de que las obras hayan empezado en realidad, Abilio ha incidido en que los trabajos serán muy rápidos y la planta estará ya en funcionamiento para setiembre de 2019.