María SUÁREZ
MANCHESTER

Manchester, escenario de caos y solidaridad

El centro de Manchester es hoy la escena de un crimen. Las inmediaciones del estadio Manchester Arena permanecen acordonadas con efectivos de policía trabajando en el lugar, tratando de recabar pruebas para la investigación que sigue en marcha. Entre otros elementos, se analizarán la multitud de cámaras que rodean el estadio y otros edificios colindantes para tratar de hallar pistas que ayuden en la operación.

Un cordón policial rodea el Manchester Arena. (Oli SCARFF/AFP)
Un cordón policial rodea el Manchester Arena. (Oli SCARFF/AFP)

Mientras tanto, algunos testigos vuelven al lugar de los hechos. Dorothy es una joven que ha relatado a la BBC: «Ha sido la peor experiencia de mi vida, la más aterradora», decía junto a su madre, ambas todavía vestidas con camisetas del concierto donde se podía leer el nombre de la artista.

De diferente manera lo vivió Cris Powley, a quien literalmente la explosión le tiró al suelo. Cuando se levantó vio que su mujer estaba herida. «De repente me dijo que necesitaba tumbarse y me di cuenta de que tenía una herida en el estómago y posiblemente la pierna rota», declaraba.

Se ha habilitado una oficina de atención a las víctimas en el Etihad Stadium, el estadio del Machester City, a donde están acudiendo entre otros, los padres y madres que no logran localizar a sus hijos desde anoche. Varias fotografías de jóvenes circulan por las redes sociales para tratar de ser localizados.

Mientras tanto, la solidaridad de la población de Manchester se ha hecho patente con iniciativas ciudadanas como el ofrecimiento de alojamiento y transporte –muchos de los trenes han sido suspendidos– o la donación masiva de sangre cuando el Servicio de Salud público Británico (NHS) ha requerido la colaboración ciudadana. Poco después, han emitido un certificado para avisar de que no son necesarias más donaciones.