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Bilbo

Adolfo Muñoz apuesta por «desplegar en todo su potencial» la alianza entre ELA y LAB

El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, ha apostado por «desplegar en todo su potencial» la alianza entre este sindicato y LAB, con organizaciones sindicales y sociales, que es «indiscutible y muy potente», si bien ha admitido que es preciso resolver algunos «problemas».

Txiki Muñoz, durante su intervención inaugural en el Congreso de ELA. (ARGAZKI PRESS)
Txiki Muñoz, durante su intervención inaugural en el Congreso de ELA. (ARGAZKI PRESS)

En este sentido, ha señalado la necesidad de impulsar «una cultura política» que supere «inercias del pasado», priorizar «la interpelación a los gobiernos por los contenidos, más allá de la fijarnos en las siglas» y tener «como estrategia principal» la lucha contra la precariedad.

Muñoz se ha pronunciado de este modo en su intervención en el XIV Congreso Confederal de ELA, que ha comenzado este jueves en el Palacio Euskalduna de Bilbo y al que han asistido como invitados representantes de PNV, EH Bildu, Podemos Ahal Dugu, Ezker Anitza y Geroa Bai, así como de todos los sindicatos vascos y de centrales sindicales internacionales.

Un total de 736 delegados participan en este Congreso de ELA, en el que la sesión de la mañana ha estado centrada en la presentación del informe de gestión del Comité Ejecutivo, durante la cual se ha guardado un minuto de silencio en recuerdo de los trabajadores víctimas de la siniestralidad laboral y también se ha recordado con un aplauso al que fuera responsable de Comunicación de ELA, Patxi Agirrezabala, fallecido el pasado año.

El secretario general de ELA ha defendido que «si queremos una alianza que interpele con capacidad de propuesta y movilización, que defienda los intereses de clase y que apueste por un proceso soberanista donde el modelo de sociedad sea un elemento central, la alianza basada en ELA y LAB es imprescindible». Ha reclamado además «una izquierda política sólida que esté dispuesta a hacer oposición al neoliberalismo vasco y que no entienda el sindicalismo como algo instrumental».

Sindicalismo «cada vez más político»

Muñoz ha censurado los «ataques» que recibe ELA por ser «un sindicalismo de contrapoder» y Ha insistido en que la necesidad del sindicalismo es mayor que nunca y debe ser «cada vez más político» en un contexto en el capitalismo es «hegemónico» y la socialdemocracia ha renunciado a ser «contrapeso al neoliberalismo».

Ha insistido en que la necesidad del sindicalismo es mayor que nunca y debe ser «cada vez más político» en un contexto en el capitalismo es «hegemónico» y la socialdemocracia ha renunciado a ser «contrapeso al neoliberalismo».

Según ha indicado, se necesita «otra izquierda» que crea en «una política alternativa» y se oponga al «neoliberalismo, también en Euskal Herria», donde la economía está comenzando a crecer pero «también las desigualdades sociales». A su entender, la afirmación por parte de responsables políticos de que «todo va bien» es «pura propaganda».

Ha advertido de que «sin movilización social nada va a cambiar» y ha defendido el modelo de ELA, que ha decidido «resistir», mientras que «otros, en la política y en el sindicalismo, han optado por dejarse llevar».

Muñoz ha asegurado que «no va a haber con ELA nunca redes clientelares», pero sí está dispuesta a alcanzar «acuerdos parciales con contenido» y sin que deje de hacer «la crítica social que tenemos que hacer».

Complicado diferenciar gobiernos y empresarios

Muñoz ha acusado al Gobierno de Lakua de prácticas «thatcherianas» y de tener «un plan contra el movimiento sindical de contrapoder» porque «le estorba». Además, le ha censurado que «comparta la aplicación de políticas de ajuste» con PP y PSOE y que apoye «sin matices las posiciones patronales», de un modo que resulta complicado «diferenciar cuándo habla un representante del Gobierno o de los empresarios».

En esta línea, ha criticado  que la fiscalidad es «decidida» por la patronal, con una de las presiones fiscales «más bajas» de Europa mientras que «no hay ninguna acción política» contra el fraude.

Ha denunciado que las decisiones se adoptan «en un club privado» y que, mientras el Gobierno autonómico asume la mayor parte del gasto, los ingresos «los terminan decidiendo las diputaciones», a las que ha definido como «reinos de Taifas» que defienden los intereses empresariales.