Tras los avances registrados durante la madrugada, el número de operativos en el terreno se mantiene –según la agencia Efe– en más de 2.000 efectivos, apoyados por medios terrestres y aéreos, incluidos los enviados desde diferentes países de la UE como Italia o los Estados español y francés.

El último balance oficial cifra en 64 los muertos y 62 los heridos en el término municipal de Pedrógão Grande, donde se iniciaron las llamas este sábado al parecer por el impacto de un rayo en un árbol seco, según la Policía Judicial (PJ).

Con la llegada del día, los equipos reestructuran su plan de acción, más optimista que el de ayer pero cauteloso por las condiciones meteorológicas, que pueden complicar las tareas de extinción.

El Instituto Portugués de Mar y Atmósfera (IPMA) prevé para este martes temperaturas que rondan los 39 grados y vientos moderados en las zonas afectadas de los distritos de Leiria y Coimbra.

Mientras, prosigue la identificación de las víctimas, tarea en la que trabaja sin descanso un equipo de forenses, y se multiplican las críticas a la gestión de la tragedia.

Sobre esta cuestión, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, apeló este lunes a concentrar los esfuerzos en combatir el fuego, en vez de discutir las causas y las posibles responsabilidades que puede acarrear el suceso.

«La prioridad ahora es el combate al incendio y el apoyo a las víctimas y a las familias», ha señalado el jefe del Estado, que ha añadido que «después tendremos todo el tiempo del mundo» para debatir sobre el resto de asuntos.