Los escoceses no votarán sobre la independencia del país entre otoño de 2018 y primavera de 2019, tal y como la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, anunció el pasado mes de marzo, sino que será entonces cuando el Gobierno escocés comience a preparar la legislación para que los escoceses puedan volver a las urnas para elegir entre seguir siendo parte de la Gran Bretaña post Brexit o convertir a Escocia en un país independiente.

Así lo ha confirmado la propia Nicola Sturgeon en una declaración realizada en Holyrood, que ha llegado con más de dos meses de retraso y tras unos malos resultados para el SNP en las elecciones generales del pasado 8 de junio.

Lo que ha hecho la primera ministra ha sido aplazar toda la maquinaría necesaria para el segundo referéndum sobre la independencia en Escocia, para que la votación pueda ser llevada a cabo cuando los términos de las negociaciones del Brexit estén resueltos y los escoceses puedan elegir entre dos claras opciones.

El «reset» de Sturgeon no ha sido bien recibido por los grupos de la oposición en la Cámara escocesa. Tanto los tories como los laboristas y los diputados del partido Liberal-Demócrata han pedido a la primera ministra que abandone por completo sus planes de convocar un nuevo referéndum sobre la independencia del país, mientras que los verdes le han instado a que se mantenga firme con su primera propuesta de celebrar la consulta antes de que finalicen las negociaciones entre Londres y Bruselas.