La formación abertzale, en un comunicado, ha destacado que el gran aumento del número de visitantes en Donostia «ha incrementado considerablemente algunas consecuencias perjudiciales» que el turismo genera, entre las que destaca el «grave problema de la vivienda».

Denuncia que «los especuladores están poniendo en práctica una salvaje estrategia para comprar cuantas más propiedades inmobiliarias mejor» y ha criticado que el aumento de apartamentos turísticos «ha hecho estallar el mercado de la vivienda de alquiler en la ciudad».

Asimismo, ha resaltado que el centro «está quedando en manos de las transnacionales capitalistas», mientras que en las zonas donde más turistas se acumulan «se ha dado un enorme incremento en los precios de consumo».

Sortu también ha criticado que las iniciativas culturales de origen público «se plantean respondiendo al objetivo de atraer visitantes» y que los espacios urbanos «están siendo reordenados y diseñados con el único criterio de aumentar la ganancia de capital y promover el consumo. Los tiburones de la industria del turismo quieren comprar la ciudad, sus espacios y su identidad para especular, exprimirla, usarla y tirarla. El capital local también ha encontrado su sitio, acumulando propiedades del ámbito inmobiliario y de la hostelería, entre otros».

«Cada vez es más difícil vivir»

La formación de la izquierda abertzale ha destacado que estas consecuencias «crean inercias» que hacen «cada vez más difícil vivir» en Donostia. «Tenemos que hacer un esfuerzo terrible, a veces insostenible, por un lugar habitable, los precios no son proporcionales a los sueldos, la precariedad y la temporalidad son las principales características del empleo que se crea y la relaciones comunitarias de barrio se debilitan y están en riesgo».

Sortu ha reiterado que «los propietarios del capital local e internacional y las fuerzas políticas que les abren todas las puertas, trabajan por los intereses de unos pocos mientras perjudican a la mayoría», por lo que ha considerado que es una prioridad «poner nuestras fuerzas en mostrar la verdadera cara de los que se esconden tras la colorida cortina de la propaganda».

Tras llamar a que las instituciones pongan «límites al modelo en vigor», Sortu insta a la ciudadanía a «actuar con responsabilidad y tomar conciencia de la importancia y el valor de nuestro entorno social, ante beneficios económicos a corto plazo. Solo las comunidades más fuertes posibles, que se cuidan entre sí, son capaces de superar olas como la que ha llegado a la ciudad».