En su comunicado, ICHH e Iraultza 21 explican que en su día aceptaron la propuesta de organizar una kalejira previa al partido entre sus equipos, Athletic y Alavés, en favor de la oficialidad de la selección vasca. «Participamos activamente en publicitar el evento y en la distribuación de la entradas (…) hemos sido parte fundamental de la organización de la final y los primeros interesados en que esta saliera como es debido».
Por ello, muestran su enfado al considerar que a falta de pocos minutos para el comienzo de la final EH Kirola «nos diera la patada». Según denuncian, a los albiazules les prohibieron meter sus banderas y bombos, cosa que sí permitieron a los del Athletic en la grada de enfrente, aunque por poco tiempo.
«La seguridad del evento alegó posibles incidentes dentro del campo, y eso teniendo en cuenta que las dos aficiones llegaban al campo en una kalejira conjunta. La seguridad aseguró estar a las órdenes del máximo responsable de Euskal Herria Kirola», explican.
Y continúan: «Poco después este responsable se presentó en los accesos del estadio cerrando filas con la seguridad contratada por él mismo, lavándose las manos y dando la espalda a dos colectivos con los que había trabajado codo con codo».