El jefe del Ejecutivo español ha clausurado en la localidad valenciana de Alboraia la interparlamentaria del PP, con un discurso en el que ha vuelto a transmitir a los soberanistas catalanes que su Gobierno responderá con «firmeza» a los pasos que puedan dar próximamente.

Según ha dicho, los independentistas no van a conseguir sus objetivos con ese «golpe a la democracia con el que un puñado de gente instalados en el extremismo pretenden la voladura de la Constitución de todos». «Nadie va a liquidar la democracia española», ha añadido.

En su intervención, ha apuntado que el Govern catalán «parece estar secuestrado por radicales decididos a vivir en la intolerancia», y ha querido enviar un mensaje «a todos los extremistas»: «Solo les diré una cosa y con la máxima moderación y prudencia, mi obligación como presidente del Gobierno es gobernar y de ninguna manera estoy dispuesto a abdicar de ella».

«En sus manos está lo que pueda pasar en las próximas fechas», ha advertido.

El presidente del Gobierno español ha indicado que el referéndum «no se puede hacer el 1 de octubre cuando ni siquiera está convocado» y ha criticado que «se pretende en un día calificar la proposición de ley, incluirla en el orden del día en el que no está, privar a la oposición de su derecho a enmendar y privarla también de su derecho de ir al comité de garantías».

«En un día algunos pretenden liquidar la soberanía nacional y la Constitución, no lo van a hacer», ha señalado, para agregar que en esta situación «será bueno que algunos, quienes están al frente de esta operación y quienes han puesto en manos de lo más radical que hay en la sociedad catalana, desconecten de la insensatez, de la ilegalidad y de las absurdas amenazas». 

«Pido que se recupere la cordura, se vuelva al diálogo y se respete la democracia», ha zanjado.