Carles Puigdemont ha comparecido 24 horas después de que lo hiciese ayer Felipe de Borbón. En un tono mucho más conciliador, el president catalán ha comenzado su mensaje con un recuerdo a lo vivido durante los últimos días. En este sentido ha puesto en valor «la actitud de centenares de miles de catalanes y catalanas» que se movilizaron «fieles a la actitud pacífica con la queremos expresarnos siempre».

Sin embargo, ha lamentado que «no a todo el mundo le gustaría que las cosas nos fuesen bien». Ha subrayado que los mismos que «pretenden presentar la reivindicación catalana como una cosa ilegítima, ilegal y criminal, piensa que perseguir urnas, papeletas y votantes es una exigencia inexcusable del estao de derecho». Frente a ello, se ha dirigido en castellano al pueblo español que ha mostrado su solidaridad y compromiso con el pueblo catalán.

Por contra, ha rechazado el mensaje de anoche del monarca español y le ha hablado «en la lengua que se que conoce y habla», el catalán. «Así no», le ha remarcado. «Hace suyos el discurso y la política del Gobierno de Rajoy que han sido catastróficas en relación con Catalunya», ha apuntado.

Puigdemont ha terminado volviendo a dirigirse a los ciudadanos catalanes, asegurando que seguirá «velando por sus derechos de expresarse libremente y respetar sus decisiones». En esta dirección ha mantenido el compromiso con el que inició su mandato «con el compromiso de hacerlo con la puerta abierta al diálogo» (literalmente abierta a sus espaldas).

Según ha señalado han recibido varias propuestas de mediación y se muestra convencido de que recibirán más.

«Hoy tenemos más cerca que ayer nuestro deseo histórico». Pero sabe que todavía quedan días difíciles. «Estoy seguro de que en los próximos días volveremos a enseñar la mejor cara de nuestro país cuando las instituciones de Catalunya tengamos que aplicar el resultado del referéndum».