Comptos no ve delito, pero dice que algunos gastos detectados en Bardenas con el dinero que reciben por el mantenimiento del Polígono de Tiro no son éticos. «En opinión de la Cámara, la gestión pública debe estar presidida por los principios de mesura, prudencia y racionalidad en el gasto, principios que no estaban presentes en al menos dos de los viajes analizados», ha manifestado la presidenta del ente fiscalizador. 

La Cámara subraya que la elección de destinos exóticos como Senegal, Egipto, Costa Rica o Argentina no estaban para nada justificados. Asimismo, censura que se haya gastado tanto dinero en una única agencia de viajes sin haber sacado la contratación a concurso público. Asun Olatexea, apoyada por el auditor Ignacio Cabeza, ha detallado que «no consta la celebración de reuniones de trabajo» durante esos viajes que se realizaron, supuestamente, para conocer otros parques naturales con paralelismo con el de Bardenas.

Reacciones de los partidos

Arantxa Izurdiaga, de EH Bildu, fue quien solicitó la comparecencia de la responsable de Comptos. Ha incidido también en el detalle de los gastos en comidas por valor de casi un cuarto de millón de euros y en el coste por comensal de algunos de esos banquetes, que llegó a ascender a 99 euros. A Izurdiaga estos gastos, junto con las indemnizaciones percibidas por «un reducido grupo de personas» –según la terminología que usa Comptos–, le recuerdan a lo sucedido con Caja Navarra y lo ha definido como el modelo de gestión del régimen. 

Carlos García Adanero ha estado hosco y a la defensiva. Ha recordado a Julián Isla, el presidente de la Junta de Bardenas que se suicidó el año pasado. El parlamentario de UPN dice que Isla se quitó la vida por la «campaña de difamación» a la que fue sometido. Como única respuesta a Izurdiaga, ha señalado que a lo que le recuerda el informe sobre la gestión en Bardenas es «a la extorsión de ETA». Ante lo insólito de esta declaración, el parlamentario ha argumentado que «a cada uno le puede recordar lo que se quiera».

De largo, la posición más sorprendente ha sido la de Inma Jurío; la portavoz del PSN ha entrado al fondo y ha señalado que «los viajes en ningún momento son excesivos y no adecuados a la actividad». A su juicio son «llamativos, pero plenamente justificados».

Unai Hualde (Geroa Bai) ha advertido de que «más allá del cumplimiento formal de la legalidad está la ética institucional». También el parlamentario de Podemos Rubén Velasco ha considerado que «ética institucional, bien poca».