Aunque recuerdan a nuestros carnavales rurales, las imágenes son de Pernik, una localidad cercana a Sofía, la capital de Bulgaria. Son los kukeri, unos personajes que nos hacen remontarnos 4.000 años atrás, cuando las tribus de tracios, ancestros de los actuales búlgaros, habitaban aquellas tierras. Con esta fiesta pagana se dice adiós al invierno y, a través de la danza, la diversión y el ruido, los kukeri espantan a las enfermedades y a los malos espíritus. Por cierto, tracio era Espartaco, el gladiador que se alzó contra el imperio romano. Tal vez nos hiciera falta un poco de baile de los kukeri para espantar los malos augurios que llegan desde el actual «imperio», el estadounidense.